La vida de la modelo somalí Waris Dirie
«Flor del desierto»
El biopic sobre la modelo somalí Waris Dirie fue presentado en la Mostra de Venecia y en el Donostia Zinemaldia, donde encajó a la perfección por su mensaje solidario, tomando como ejemplo de superación a una pastora del desierto que ha triunfado en las pasarelas internacionales.
M.I. | DONOSTIA
A menudo se incide de una manera demasiado tópica en las supuestas diferencias entre el cine de Hollywood y el europeo, pero lo cierto es que en el viejo continente también se ruedan ejemplares historias de superación con su mensaje solidario de fondo, como la de la modelo somalí Waris Dirie. Y es que la mentalidad occidental es así, porque de cuando en cuando hay que lavar la mala conciencia y colaborar con el Tercer Mundo.
En los medios locales se ha hablado tan mal de los somalíes, a cuenta de los piratas que atacaban a nuestros atuneros, que ahora toca destinar unos miserables céntimos a paliar tanto desprecio hacia la población de un país sumido en el caos y la hambruna. Y qué mejor para ello que entregar el donativo a la más bella embajadora de Somalia en el Primer Mundo, a una modelo que colabora con la ONU en campañas a favor de las mujeres africanas, debido a que la inmensa mayoría de ellas no han tenido su suerte.
Humor desdramatizador
La realizadora Sherry Hormann ha querido hacer una película agradable que no le amargue el día al espectador occidental, por eso ha incluido dosis de humor desdramatizador, del que se encarga la divertida y alegre actriz Sally Hawkins en el papel de compañera de piso de la modelo cuando empezaba a abrirse paso en Londres. Es un recurso cinematogáfico para suavizar el contenido original del libro autobiográfico de Waris Dirie.
Es una opción lícita, que no va en contra de las buenas intenciones del producto, pero acarrea una contextualización inevitable dentro del colonialismo cultural. La combinación entre problemas sociales tan graves como el de la ablación y el glamour decadente del mundo de la moda, provoca una frivolización del tono de denuncia empleado. Pasa exactamente lo mismo que en esos magazines televisivos en que, sin el más mínimo rubor, pasan de hablar de las víctimas mortales de un terremoto al último cotilleo de la prensa rosa. A veces ni se molestan en cambiar de expresión, porque pensarán que, al fin y al cabo, todo es noticiable. Esa paradoja moral se dió a propósito del desastre de Haiti, al mantener las visitas turísticas al país para salvar la entrada de divisas. El debate que plantea «Flor del desierto» es parecido, porque personajes famosos como Waris Dirie se considera que son necesarios para ayudar a África.
Dirección: Sherry Hormann.
Guión: Sherry Hormann, sobre el libro biográfico de de Waris Dirie y Cathleen Miller.
Intérpretes: Liya Kebede, Sally Hawkins, Timothy Spall.
País: Alemania; 2009.
Duración: 124 minutos.
Género: Biopic.