GARA > Idatzia > Kultura> Zinema

¿Epatar o conmover?

Iñaki LAZKANO | Kazetaria eta Gizarte eta Komunikazio Zientzien irakaslea

Sin un buen guión es imposible que haya una buena película. Es la hoja de ruta que conduce al corazón de los espectadores. Para lograr conmover al público no hay nada mejor que una buena historia bien narrada. Esa vieja máxima, empero, se encuentra en peligro de extinción. El éxito económico de «Avatar» (2009) ha supuesto un punto de inflexión en el mercado cinematográfico y Hollywood parece ahora mucho más interesado en esa clase de cine artificioso que prima lo espectacular sobre lo emocional.

La decadencia del cine inteligente no es tan reciente. Hace muchos lustros que obras maestras como «El apartamento» (1960) de Billy Wilder dejaron de ser referencia para los grandes estudios. La industria ya no busca guiones originales que sorprendan a público y crítica; anhela garantizar la rentabilidad en un contexto minado por la crisis económica y la piratería. Por tanto, los artificios estéticos, los remakes de películas exitosas, las adaptaciones literarias y las secuelas de medio pelo inundan el panorama cinematográfico contemporáneo.

Tom Benedek, guionista de «Cocoon» (1985), disparó en su jardín hace cinco años contra 22 guiones suyos que nadie quiso producir. Meses después los guiones agujereados por las balas fueron expuestos en la Frank Picture Gallery de Los Ángeles. Pese a que el hecho pueda parecer anecdótico, tiene una gran carga simbólica y es claro reflejo de la delicada situación que sufre actualmente el cine forjado de ideas y sentimientos en un hábitat hostil dominado por atracciones digitales diseñadas exclusivamente para epatar.

Apoyada por las nuevas tecnologías y el auge del cine en 3D, la gran industria cinematográfica norteamericana navega por los procelosos océanos del perpetuo asombro estético; apelando a las sensaciones digitales y exiliando al pasado las historias de profundo caudal sentimental. Sin embargo, todavía hay esperanza. De hecho, piratas como el argentino Juan José Campanella se adentran ocasionalmente en los mares prohibidos dispuestos a revindicar la importancia del guión. La necesidad de un cine que prime la historia sobre las sensaciones; que pretenda algo más que el clímax sensorial; que busque un equilibrio perfecto entre forma y contenido. Un cine, en definitiva, que busque conmover al espectador. Desentrañar no sólo el secreto de sus ojos, sino, sobre todo, los secretos de su corazón.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo