«Ante la grave situación que viene padeciendo el centro desde el nombramiento de su nueva Coordinadora General, Carmen Rodríguez Suso», los docentes de Musikene exigieron ayer, mediante un comunicado de prensa, el cese de la misma y el nombramiento de un interlocutor «válido para nuestra comunidad educativa».

Asimismo, pidieron «el inmediato restablecimiento del Reglamento Orgánico» del Centro Superior de Música de Euskal Herria, así como «una reconducción clara en la política de oferta de plazas para el curso 2010/2011». En ese sentido, apelaron a que a los antiguos responsables del centro les sea otorgada la oportunidad de defender su gestión de «las descalificaciones recibidas ante las más altas instancias» y que el profesorado sea reconocido como «parte fundamental en la definición de lo que es el modelo de Musikene».

Los docentes consideran que, en sus nueve años de andadura y «a pesar de la falta de condiciones materiales que la ausencia de una sede propia supone», este centro de enseñanza ubicado en el Palacio de Miramar de Donostia ha logrado convertirse «en uno de los centros superiores de música de referencia a nivel estatal e internacional». Recordaron que, a mitad de curso académico, ha sufrido un conjunto de actuaciones que «atentan contra su reputación» y «ponen en peligro su continuidad». Entre otros, mencionaron el cese y supresión de los cargos de director gerente y director artístico, la anulación del Reglamento Orgánico, los cambios «sustanciales que menoscaban el proyecto de la nueva sede, privándola, por ejemplo, del auditorio que la ley exige e un centro superior de música» o la reducción en la oferta de plazas para el curso actual en más de un 50%, «que obligará a muchos jóvenes vascos a buscar en otros lugares la educación superior de música. Se llega al extremo de no ofertar ninguna plaza en catorce especialidades de gran demanda», aseguraron.

A su juicio, Rodríguez Suso, quien describió la situación del centro como «casi idílica», basó sus acciones en la «ocultación sistemática» de intenciones y datos, además de «desentenderse de las responsabilidades que le han sobrevenido tras los citados ceses, anulando proyectos y tretrasanto considerablemente actividades previstas para el año próximo».

Así, consideran que, «bajo el pretexto de una insostenibilidad económica no demostrada, se pretende un cambio en el modelo del centro, abandonando los principios que hasta ahora le han garantizado su éxito».

«Por ser Musikene un centro educativo y cultural radicado en Donostia, cualquier actuación que pretenda cercenar su evidente prestigio afecta a esta ciudad, a su Territorio Histórico y a la Comunidad Autónoma Vasca», decían en el comunicado enviado a la prensa.

Ante esta situación, pidieron «apoyo público a nuestra irrenunciable decisión: que Musikene siga siendo lo que ha sido desde sus inicios hasta hoy, un paradigma europeo de la calidad en la enseñanza musical».