El profesor José Ángel Arregui Eraña se enfrenta hoy en Santiago de Chile, en el juicio abreviado que le sienta en el banquillo de los acusados, a la petición fiscal de 541 días a 3 años de cárcel por posesión de pornografía infantil. En su contra, tal y como subrayan fuentes judiciales chilenas, está la reincidencia del religioso vasco de 53 años.

Arregui Eraña, arrestado el 14 de agosto de 2009, ha permanecido en prisión desde que agentes de la Brigada de Cibercrimen de la Policía chilena descubrieran en su poder archivos digitales en los que se mostraban abusos sexuales contra al menos quince menores con edades comprendidas entre los 12 y 14 años. Tras las investigaciones de la Guardia Civil, se constató que las imágenes filmadas por el clérigo de San Viator entre 1992 y 2005 correspondían a tres de los siete colegios de la orden católica en Hego Euskal Herria y el Estado español donde impartió clases de Educación Física, Lengua y Religión.

Tras las pesquisas, se concretó que los vídeos fueron grabados en el gimnasio del centro de Gasteiz, en la antigua aula de informática del colegio San Viator de Madrid y en los vestuarios del colegio San José de Basauri, así como en las duchas de algunos de esos centros.

El religioso llegó a Chile en enero de 2008 para dar clases en la Universidad Santo Tomás. Desde esa fecha hasta agosto de 2009, cuando fue detenido, permaneció cerca de niños, ya que residía en el Liceo Politécnico Señor de Renca, perteneciente a la congregación y ubicado en Santiago, junto a otros clérigos y en contacto con más de 500 alumnos. Con todo, la Policía chilena no dispone de pruebas de que Arregui Eraña cometiese allí abusos como los reflejados en las imágenes.

Mientras los medios de comunicación chilenos no han dado gran cobertura a los previos de la vista oral de hoy, en Hego Euskal Herria y el Estado español sí, creando alarma social entre alumnos y ex alumnos de los colegios de San Viator. El 17 de marzo, una vez que la información sobre el caso del profesor se difundió, el superior español de los Clérigos de San Viator, Pedro María Lahora, remitió una carta personal a padres y madres de los escolares a través de la intranet de la congregación, que ayer la orden filtró a la agencia Efe para tratar de calmar a la opinión pública en general, sacudida por los testimonios de supuestas víctimas.

Lahora destaca en las explicaciones que es «un caso aislado y excepcional» cometida por «una sola persona» y que no tenían noticia de lo ocurrido hasta que la Policía Judicial se personó a finales de octubre para iniciar las investigaciones». El superior provincial de los Clérigos de San Viator recuerda que el arresto de Arregui Eraña estuvo motivado por «hechos acaecidos hace bastantes años» y que «en la actualidad no hay ninguna persona bajo sospecha ni en investigación». Tampoco falta el capítulo de agradecimientos hacia quienes han arropado a la orden en estos momentos difíciles.

Mientras San Viator trata de cerrar filas en torno a su proyecto educativo, han ido surgiendo las denuncias de antiguos alumnos que las han interpuesto ante la Policía española por hechos supuestamente acaecidos hace décadas; como es el caso de un oscense que padeció las prácticas del religioso vasco hace 17 años, cuando era su tutor de segundo curso de Primaria en el colegio de Huesca, en el curso 1992-1993. Respecto a las grabaciones supuestamente efectuadas por José Ángel Arregui en tres colegios de Madrid, Gasteiz y Basauri, el Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid ha abierto diligencias.

Condena en Nafarroa

El juicio de hoy en Chile no es el primero en que se ve inmerso un religioso vasco por pedofilia. En febrero se conoció la condena a Juan José Ayensa, ex párroco de Barasoain, por exhibicionismo y provocación sexual a cinco niños de once años durante la catequesis. Tras llegar a un pacto, fue sentenciado a 16 meses de cárcel -que no cumplirá- y no podrá acercarse a sus víctimas en seis años. El Arzobispado de Iruñea salió del aprieto con la libre absolución.

A raíz de los repetidos escándalos sexuales en la Iglesia católica, desde los movimientos progresistas perseguidos por la jerarquía que rodea al Papa Joseph Ratzinger se viene reivindicando insistentemente la necesidad de acabar con el celibato, y que éste se convierta en opcional para el clero.