GARA > Idatzia > Mundua

Obama quiere convertir su triunfo en una palanca para otras reformas

Perfecto administrador de los tiempos en política y maestro de la oratoria, el presidente de EEUU aprovechó la solemne firma de la reforma sanitaria para anunciar una nueva era marcada por las reformas que prometió en campaña y le catapultaron a la Casa Blanca. Para ello deberá acertar en rentabilizar su triunfo frente a una oposición republicana que sigue apelando a los atávicos e irracionales miedos de parte de la sociedad estadounidense.

p024_f01_199x128.jpg

GARA

El presidente de EEUU, Barack Obama, firmó ayer el proyecto de ley de reforma del sistema sanitario, convirtiéndolo en ley y culminando así una lucha que comenzó hace un año. «Hoy, tras casi un siglo de intentos; hoy, después de más de un año de debates; hoy, después de que hayan concordado todas las votaciones, la reforma de los seguros médicos se convierte en ley en EEUU», declaró Obama en un acto solemne en la East Room, escenario para las grandes ocasiones en la Casa Blanca, ante congresistas del Partido Demócrata y altos cargos de su Administración.

Al amparo de su oratoria, y en la línea de sus mejores discursos, el inquilino de la Casa Blanca señaló que «ahora que llega la primavera, saludamos el advenimiento de una nueva era en EEUU» tras la aprobación de una ley que «va a poner en movimiento toda una batería de reformas para las que generaciones de estadounidenses han combatido».

Obama tocó la fibra sensible de la audiencia al recordar que «firmo este proyecto de ley de reforma para convertirlo en ley en nombre de mi madre, que discutió con las compañías de seguros incluso mientras luchaba contra el cáncer en sus últimos días de vida», añadió.

Pero el discurso del presidente estadounidense en la venerable East Room que vio, entre otros, a su antecesor Lyndon Johnson firmar la ley sobre derechos civiles en 1964, tuvo un claro acento electoral cuando evocó las disposiciones del texto que entrarán en vigor este año. Y es que la totalidad del corpus legal no entrará en vigor hasta 2014 y sus consecuencias no serán visibles hasta cinco años más tarde.

«Seguridad básica»

«No somos un país que se resigna a reducir sus aspiraciones (...) Somos un país que hace frente a las dificultades y acepta sus reponsabilidades (...) Nosotros forjamos nuestro propio destino», sentenció Obama.

«Y ahora, vamos a sacralizar la idea fundamental de que todo el mundo debería beneficiarse de una seguridad básica en la cuestión de la salud», añadió.

Contraataque republicano

Los republicanos ya han prometido una batalla cerrada contra una ley que vinculan con una toma de control del sistema de salud por parte del Estado y con un derroche presupuestario.

La oposición aspira a convertir esta cuestión en centro de la campaña para las elecciones de medio mandato de noviembre, en la que se renovará en su totalidad la Cámara de Representantes y un tercio de los escaños del Senado.

Pero la Casa Blanca ya ha advertido de que les espera con el pie firme. «Cada demócrata que haga campaña en la calle podrá hacerles frente con claridad», señaló el principal consejero de Obama, David Axelrod, quien dio pistas sobre la estrategia de defensa al asegurar que «todos los contrarios a este plan deberán decir que `sí, yo voy a privar a este niño enfermo de este seguro de salud' ».

Mañana, Obama tiene previsto hacer un primer viaje a Iowa (centro de EEUU), donde tratará de convencer a los votantes de la bondad de un arsenal legislativo que concita impopularidad en sectores de la importante clase media estadounidense. A la vez, tratará de evitar que los republicanos ocupen la arena mediática.

Batalla judicial

Aunque principalmente política, la batalla tendrá una vertiente judicial tras el anuncio por parte de una docena de estados de la Unión de que interpondrán recursos a la promulgación de una ley «inconstitucional».

Los fiscales de doce estados tradicionalmente republicanos anunciaron demandas legales tras participar durante la noche del domingo -horas después de la votación histórica de la ley- en una conferencia telefónica para definir el plan de acción para bloquear la iniciativa.

La legislación federal de salud aprobada «viola la Constitución de EEUU y atropella las libertades individuales de los texanos», dijo el fiscal del estado de Texas, Greg Abbott. «La legislación de salud es un asalto a la Constitución», coincidió el procurador de Carolina del Sur, Henry McMaster.

Además de Texas, Carolina del Sur y Florida, las otras entidades que anunciaron demandas son Alabama, Nebraska, Oklahoma, Pennsylvania, Washington, Utah, Dakota del Norte, Dakota del Sur y Virginia.

El gobernador de Texas, Rick Perry, aseguró que la reforma «tiene que ver más con expandir el socialismo en territorio estadounidense que con mejorar nuestro sistema de proporcionar y financiar la salud».

Molesto por la aprobación de la reforma, Perry emitió un comunicado en el cual señaló que para proteger los derechos constitucionales de todos los texanos y preservar el marco constitucional delineado por los fundadores de esta nación y defender nuestro estado de futuras violaciones, Texas retará legalmente la legislación federal de salud.

Sin embargo, varios expertos legales pusieron en duda las perspectivas de éxito de las demandas republicanas. «El Congreso tiene clara autoridad para aprobar esta legislación», dijo Mark Rose, de la Escuela de Leyes Chicago-Kent.

Sobre la derivada judicial de una cuestión que podría acabar en su caso en Supremo -en el que actualmente rige una mayoría conservadora de cinco a cuatro magistrados-, el portavoz de la Casa Blanca se mostró sereno. A juicio de Robert Gibbs, estas tentativas «no se verán coronadas por el éxito».

Esta reforma, la mayor prioridad doméstica de Obama, daría paso a los mayores cambios en el sistema de salud estadounidense desde la creación, en 1965, del programa Medicare.

La nueva ley, si bien no instaura la universalidad en la sanidad, tiene como objetivo ofrecer cobertura a 32 de los 45 millones de personas que viven en EEUU y que están a día de hoy desasistidas.

Un Obama exultante

Su principal asesor, Axelrod, aseguró en entrevista a la cadena ABC que el presidente acogió el resultado de la votación del domingo con más alegría, si cabe, que tras su triunfo en las elecciones presidenciales de noviembre de 2008. «Nunca he visto al presidente tan satisfecho como cuando logramos este objetivo», señaló.

Sus asesores esperan ahora transformar el triunfo en un impulso de la figura del presidente, que ha sufrido un proceso de erosión en sus catorce meses de mandato pero que parece mantener un suelo modesto pero firme, siempre mayor que el de sus adversarios en el Congreso.

Obama espera asimismo contar con la toma de conciencia progresiva por parte de los estadounidenses de los beneficios, como la extensión de la cobertura sanitaria a los niños ya enfermos. Y los demócratas podrían explotar las incoherencias de sus contrincantes. Aspirante a la candidatura republicana junto con Sarah Palin, Mitt Romney ha exigido la anulación de la ley, que ha calificado de «abuso de poder increíble», llegando a acusar a Obama de traicionar su juramento.

Lo que recuerdan los demócratas es que Romney, ex gobernador de Massachussetts, defendió en su día un sistema de salud calcado al de Obama.

La vieja cuestión del aborto, flor de un día

La cuestión del aborto, que estuvo a punto de dar al traste con la reforma sanitaria, inflama a una minoría de estadounidenses, bien representados en el Congreso, pero no debería focalizar la campaña electoral de noviembre, siempre según los analistas.

Se basan para ello en el hecho de que el aborto figura desde hace años en la cola de la lista de principales problemas en las encuestas estadounidenses. Además. destacan que hay una especie de status quo sobre la cuestión desde que el Supremo legalizó el aborto en 1973 en la sentencia del caso Roe contra Wade.

Los republicanos han puesto el acento en la cuestión sabedores de que levanta ampollas entre los sectores más conservadores de los demócratas, parte de los cuales votaron a favor de la reforma sanitaria a cambio de un compromiso, bajo forma de decreto, de que la Administración Obama no utilizará el dinero del contribuyente en el nuevo plan para financiar interrupciones voluntarias del embarazo.

El aborto es una bandera para agitar a una minoría pero lo central en la campaña será la crisis. GARA

doce estados

Los fiscales de doce estados tradicionalmente republicanos anunciaron demandas legales contra una legislación que estiman inconstitucional.

TEXAS

El gobernador de Texas, Rick Perry, aseguró que la reforma «tiene más que ver con expandir el socialismo en territorio estadounidense» que con mejorar la cobertura sanitaria.

contraataque

Obama espera contar con la toma de conciencia progresiva de muchos sectores sobre la bondad de su reforma y con explotar las incoherencias del discurso republicano.

El debate sobre el calentamiento climático puede marcar la próximo división social

Las dificultades, cesiones y tensiones que han jalonado la adopción de la reforma sanitaria pueden reproducirse en la cuestión del calentamiento climático, que está ya en la agenda del Congreso de EEUU.

Muchos analistas dudan de que Obama decida implicar al país en una nueva batalla en vísperas de las elecciones de medio mandato de noviembre, tradicionalmente desfavorables al poder.

Este análisis oculta, la mayoría de las veces, una posición de partida muy crítica con Obama. Desde la derecha, el politólogo Ben Lieberman, de la Fundación Heritage, insiste en que «no hay tiempo hasta las elecciones» y en que consensuar un texto entre demócratas y republicanos sería «extremadamente complicado». Como si el debate sobre la reforma sanitaria no hubiera dejado clara cuál es la voluntad negociadora opositora.

22 senadores demócratas han firmado un escrito para reclamar la adopción de la ley sobre el clima este año. Uno de sus promotores, el senador John Kerry, llama a aprovechar el momento para impulsar este segundo gran desafío legislativo.

En junio pasado, la Cámara de Representantes adoptó un proyecto de ley pensada con el objetivo de reducir las emisiones de C02 a través de la puesta en marcha de una bolsa de derechos de emisión, siguiendo el modelo de la UE.

La gran mayoría de los republicanos son hostiles al proyecto. Pero Kerry se muestra confiado en poder concitar votos de la derecha. Y es que su propuesta a sido reeditada en colaboración con el republicano Lindsey Graham, feroz adversario de la reforma sanitaria.

Esta reedición es duramente criticada por los grupos ecologistas, que denuncian cesiones ante los lobbies de presión industriales. Y es que la propuesta prevé relanzar la energía nuclear y la extracción de petróleo del mar.

«Aprobar un texto aún más favorable a las industrias contaminantes sería un grave error», advierte Nick Berning, responsable de Amigos de la Tierra. El texto aprobado en la Cámara de Representantes no va más allá de reducir el 17% de emisiones de C02 en 2020 por referencia a 2005, lejos de los objetivos de la UE y Japón (usan como referencia 1990). GARA

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo