«El próximo sábado hay que salir a la calle a defender nuestros derechos, porque ellos no lo van a hacer». Este es el mensaje que los máximos representantes de la mayoría sindical vasca lanzaron ayer en Bilbo en un llamamiento a la ciudadanía para que se manifieste el sábado contra las políticas que sólo benefician a la banca y a la gran patronal a costa de recortar derechos y prestaciones a la clase trabajadora. En rueda de prensa citaron expresamente el peligro que suponen las reforma laboral y de las pensiones que impulsa el Gobierno español.

La secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, manifestó en este sentido que ninguna de las medidas anunciadas están dirigidas a proteger a los trabajadores en este contexto de crisis y denunció que siguen por la vía de «castigar a la clase trabajadora» y «hacernos pagar una crisis que no hemos generado».

Etxaide destacó que Zapatero ha aparcado la idea de alargar la jubilación hasta los 67 años, pero mantiene que se endurezcan las condiciones de acceso y el cálculo de las cuantías a cobrar, con lo que «a los trabajadores se les va a poner más difícil el derecho a una jubilación y van a tener prestaciones más pequeñas». En la misma línea, señaló que «no sabemos de qué están hablando de cara a la reforma laboral», pero llamó la atención de que nadie haya asegurado que no se van a recortar los derechos de los trabajadores.

Asimismo, censuró que «el problema es que son el Gobierno y dos sindicatos» los que han asumido desde el principio que los ajustes se harán recortando los derechos laborales, y consideró que de lo que están hablando es de cómo se recortarán y hasta donde llegaran esos recortes. Además, opinó que recortar el sistema de pensiones no asegurará el futuro del sistema sino que se contemplen prestaciones más bajas y que no haya más remedio que recurrir al sistema privado para tener una pensión digna.

La deuda pública

La responsable de LAB se refirió también al debate en boga sobre la deuda pública, para zanjar que son las políticas que han impulsado hasta ahora para hacer frente a la crisis las que han creado la deuda y censuró que ya estén anunciando «que esa deuda la vamos a pagar nosotros a través de los impuestos directos y en forma de recortes del gasto público y, por tanto, de los servicios públicos». No obstante, subrayó que la importancia de las movilizaciones del sábado radica precisamente en que son una oportunidad no sólo para mostrar el rechazo a las medidas anunciadas sino para dejar sentado que hay alternativas, que es posible dar la vuelta a esta situación, cambiando las políticas que generaron la crisis y las que están sobre la mesa con el pretexto de atajarla.

El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, Txiki insistió en la misma idea. «Hay que salir a la calle» afirmó, para remarcar que cuando hace diez meses la mayoría sindical convocó la huelga general ya adelantó que vendrían ajustes y que los harían a costa de los derechos de los trabajadores. «Teníamos razón, tenemos razón, necesitamos fuerza y eso se logra con gente» afirmó tajante Muñoz sobre la importancia de plantar cara en la calle a las propuetas de gobiernos, patronal y de algunos sindicatos.

Sobre los movimientos que se han producido en Madrid, destacó que «entre la patronal y la banca se está organizando un saqueo a los derechos laborales y sociales en favor de la privatización» y denunció que «pretenden colocar una cortina de humo, un gran velo» para que la gente no perciba «lo que se está organizando desde la patronal y la banca, un saqueo a los derechos sociales y laborales en favor de la privatización».

El dirigente de ELA indicó que la cortina de humo pretende esconder datos como que el déficit de las cuentas del Estado es del 11,2% del PIB y que la diferencia de presión fiscal es de 8,5 puntos, y que no se van a tocar». Muñoz destacó que «si se uniformizara la presión fiscal con la media europea no habría déficit», por lo que denunció que déficit y deuda pública «se están instrumetalizando para decir que lo único que cabe son políticas de ajuste, que las van a a hacer organizadamente el Gobierno de Zapatero y los gobiernos autonómicos que le rinden pleitesía», con el aval de algunos sindicatos y la clase política con opción de gobernar.