El Elíseo da marcha atrás y abandona el proyecto del «impuesto del carbono»
Tras provocar una remodelación del Gobierno francés, la debacle electoral de Sarkozy dio también al traste con el que fuera su proyecto estrella, la «tasa carbono». Alegando que restaría competitividad a los franceses, eliminaron un proyecto que nunca fue muy popular.GARA |
El primer ministro francés, François Fillon, anunció ayer que el Ejecutivo de París dejaba de lado la intención de implementar la «tasa carbono», argumentado que ésta debería aplicarse a nivel europeo y «no lastrar la competitividad» de las empresas francesas.
La propuesta ecológica que pretendía gravar el consumo de carbono fue propuesta el año pasado por el presidente galo, Nicolas Sarkozy, pero fue muy criticada incluso en el seno de su propio partido. Además, el varapalo electoral sufrido por la derecha en las regionales del 14 y el 21 de marzo hacían peligrar seriamente el proyecto.
El martes, el presidente del gobernante UMP, Xavier Bertrand, afirmó que la aplicación de dicha tasa era «muy complicada» y se pronunció por un tratamiento europeo de este tema.
Las declaraciones de Fillon, sin embargo, no fueron bien recibidas por la secretaria de Estado para la Ecología, Chantal Jouanno, que se mostró decepcionada por la decisión. «Estoy desesperada por este retroceso, y estoy desesperada porque es el ecoescepticismo el que se lleva este proyecto», afirmó y, acto seguido, aclaró que «yo no estoy de acuerdo con esta decisión».
«Es posible hacerlo en Francia antes de hacerlo en Europa. Esto es lo que estaba planeado originalmente, esto es lo que otros países como Suecia han hecho», indicó.
Pies de barro
Incluso antes de la victoria electoral de la izquierda, este proyecto ya estaba cojo.
El Consejo Constitucional, la institución responsable de verificar la conformidad de las leyes con la Carta Magna, había asestado un revés al inquilino de El Elíseo al anular su proyecto estrella porque tenía demasiadas exoneraciones en favor de los mayores contaminadores.
Una nueva versión había sido presentada a principios de este año por el Gobierno, con el objetivo de aplicarla a partir del primero de julio.
Basado en el sistema sueco, fue diseñado principalmente para fomentar entre los franceses hábitos de consumo de energía menos contaminantes que el petróleo, como podían ser el gas o el carbón.
Sarkozy había presentado el pasado 10 de septiembre las modalidades de la tasa de carbono, que inicialmente tenía que suponer 17 euros por tonelada de CO2 generada, lo que hubiera significado, por ejemplo, un encarecimiento de 4 céntimos de euro por litro de gasóleo, de 4,5 céntimos para la gasolina o una subida media del 8% en la factura de calefacción de fuel.
Fillon señaló que hay que dar la «prioridad al crecimiento, al empleo, la competitividad, la lucha contra los déficits», agregando que había que «terminar la reforma de las colectividades y llevar a cabo la de las jubilaciones».