La investigación sobre los ataques a intereses turísticos e inmobiliarios de Ipar Euskal Herria fue, de nuevo, el motivo esgrimido por las fuerzas policiales francesas para la operación que ayer se saldó con ocho detenidos. Arkaitz Tonnerre y Mattin Olzomendi eran arrestados en sus domicilios de Ziburu; Joel Zurutuza, en Donibane Lo- hizune; Iker Edme, en Azkaine, David Bachacou, en Kanbo, Peio Elizery, en Angelu y los hermanos Peio y Xabi Hirigoien, en Hazparne. Este último es concejal de Beskoitze.

Como viene siendo habitual en este tipo de operaciones, la falta de información fue la tónica de la jornada. Sólo trascendió, por boca del comisario Tellier de Baiona, que la Policía Judicial se había hecho cargo de cuatro de las detenciones y que esta- rían relacionadas con «ataques» perpetrados entre 2008 y 2009. Los otros cuatro jóvenes fueron arrestados por la Gendarmería. Anoche todos seguían incomunicados. Tonnerre, Zurutuza, Edme y Bachacou en la comisaría de Baiona, y el resto, en Pau.

Además de sus respectivos domicilios, la Policía registró también un local de Hazparne utilizado por la asociación que organiza el festival Euskal Herria Zuzenean (EHZ). El registro se realizó en presencia de un testigo y del detenido Mattin Olzomendi, que trabaja en la asociación.

«Debilidad política»

Askatasuna denunció las detenciones y manifestó que tras esta operación se esconden «intereses políticos concretos». Para el organismo antirrepresivo, «el Gobierno francés busca ocultar, mediante la represión, los problemas y las reivindicaciones existentes en Ipar Euskal Herria». La operación es, según Askatasuna, «una muestra de debilidad política».

En las concentraciones de protesta que convocó por la tarde para exigir la «libertad inmediata de todos los detenidos» y para emplazar a París a que «abandone la dinámica represiva» hubo una participación más numerosa que la habitual.

Las últimas detenciones relacionadas con ataques a agencias inmobiliarias o residencias secundarias se produjeron el 17 de diciembre pasado. La Policía dio por desmantelado el grupo Irrintzi, que había reivindicado varias acciones de este tipo al detener en Avon, localidad situada a unos 70 kilómetros de París, a Stéphane Callou, que posteriormente fue encarcelado. También detuvo a un amigo suyo, Lionel Labeyrie, en Biarritz (está bajo control judicial), mientras que un primo suyo quedaba en libertad sin cargos.

Anteriormente, entre el 27 y 30 de junio se había desarrollado una amplia operación policial en la que hubo una docena de detenciones, la mayoría jóvenes, militantes de Segi. Cuatro de los arrestados entonces, Eneko Etxegarai, Gilen Goiti, Ibai Agirrebarrena y Xan Beyrie, permanecen en prisión.