El AKP, partido islamista que gobierna Turquía, presentó ayer en el Parlamento un proyecto de reforma de la Constitución, que tiene como objetivo principal limitar el poder de las altas instancias judiciales que le son hostiles.

«El proyecto busca aumentar las normas de democracia y los derechos individuales», declaró a los periodistas Bekir Bozdag, diputado del AKP, tras presentar el texto a los parlamentarios.

La reforma prevé dificultar la disolución de partidos políticos por parte del Tribunal Constitucional, una medida a la que el propio AKP escapó por los pelos en 2008, según el texto al que tuvo acceso France Presse.

El AKP ha advertido de que si este texto no se vota en el Parlamento, recurrirá a un referéndum.

Las enmiendas más polémicas y que provocan la ira de la jerarquía judicial se refieren a la reestructuración y el cambio de modo de designar a los miembros del Consejo Superior de la Magistratura (HSYK) y del Tribunal Constitucional.

El HSYK es una instancia encargada de nombrar a los magistrados y de promocionarles en su carrera.

El HSYK y el Tribunal Constitucional están considerados como bastiones de la laicidad, en abierto conflicto con el Gobierno islamista de Recep Tayyip Erdogan.

En 2007, Erdogan prometió una nueva Constitución para sustituir a la actual , que data de 1982 y surgida del golpe de Estado de 1980 con el objetivo de equiparar a Turquía con las normas europeas y que ha sido modificada 16 veces.

Desde entonces, la ausencia de consenso en el seno de la clase política ha provocada que únicamente se hayan llevado a cabo reformas parciales.

Los altos magistrados consideran el proyecto del AKP y del Gobierno un atentado contra su independencia. El juez Hasan Gerçeker declaró que «estas disposiciones están en contradicción con la separación de poderes».