Euroliga
Un tranvía llamado deseo
Un Baskonia pleno de intensidad y con una defensa muy mejorada superó al CSKA y forzó el cuarto partido que se jugará mañana.
C. LABORAL BASKONIA 66
CSKA MOSCÚ 53
Jon ORMAZABAL
París sigue estando lejos, muy lejos, pero el Baskonia se montó ayer en un tranvía llamado deseo con lo que la sideral distancia que le separaba de la Final Four y del CSKA se ve un poco más pequeña. Un 3-0 era demasiado para un equipo con orgullo y, otra vez al borde del abismo, el Baskonia apretó y superó a la pléyade de estrellas rusas en casta, defensa e intensidad, el único factor en el que se puede acercar a los rusos y forzó el cuarto partido. Siguiendo el ejemplo del film de Tenesee Williams, Sean Singletary y Fernando San Emeterio pudieron ser los Marlon Brando azulgranas, pero sobre todo brilló el magnífico trabajo en equipo, en el que Oleson y Herrmann también tuvieron papeles estelares, especialmente atrás.
Herido en su orgullo, el Baskonia tuvo una puesta en escena muy distinta a la de los dos partidos en Moscú. Dusko Ivanovic había dejado claro que cualquier opción de victoria pasaba por una gran intensidad defensiva y la máxima concentración, y los azulgranas lo interiorizaron a la perfección. Consiguiendo una regularidad que en el Sports Hall parecía imposible, el Caja Laboral consiguió hacerse fuerte, propuso y aguantó un combate físico, y su dureza le valió incluso para superar momentos de crisis como los seis minutos entre el término del primer cuarto y el comienzo del segundo que estuvo sin anotar, o la descompensación de faltas respecto a los rusos al término del primer parcial (7-3). Incluso vio cómo los rusos se acercaban en el marcador al término del tercer cuarto. Con una pasión contagiada por la grada, el Baskonia se mantuvo intenso durante 40 minutos y minimizó sus desventajas.
El Baskonia logró cerrar muy bien su defensa sobre Siskaukas y Langdon, mientras que el ataque baskonista tampoco tuvo mucha fluidez, por lo que el partido discurrió en guarismos bajos, sin que ninguno de los dos pudiera imponer su juego. Ivanovic se jugó la baza táctica de colocar a Singletary sobre Holden y le salió bien, tanto atrás como adelante, donde el estadounidense desatascó el ataque, sin llegar a ser fluido.
Sin embargo, en el caso de ayer el no anotar no supuso una tara defensiva, lo que sirvió para irse al descanso con una renta de siete puntos 31-24, sin que además las dos rápidas faltas de Tiago Splitter en el primer cuarto supusieran un gran dilema.
Trabados
El descanso no sirvió para desatascar los ataques de ambos equipos, pero mientras los baskonistas seguían enfadados con el tiro libre, con cuentagotas, pero comenzó a aflorar la calidad de los moscovitas desde fuera, con un inspiradísimo Vorontsevic que, como en el primer partido, hizo mucho daño y acercó a los suyos en el marcador hasta empatar y entrar uno por debajo (42-41) en el último y decisivo cuarto.
Por el pabellón corrió el miedo de que la mayor experiencia del equipo de Pashutin pudiera terminar decantando la balanza en un partido que, en principio, beneficiaba claramente a los rusos, pero al final ocurrió todo lo contrario.
Walter Herrmann y Fernando San Emeterio se echaron el peso del equipo en este último cuarto y siete puntos consecutivos de ambos, en un partido con unos guarismos tan bajos, fueron un mundo para un equipo ruso que el Baskonia hizo parecer mucho más vulnerable.
La gran defensa baskonista hizo que Siskaukas, autor de seis puntos, fuera el mejor valorado en el CSKA con 14. Los 12 rebotes más cogidos por el Baskonia son otra clave del triunfo azulgrana.
El Asseco Prokom polaco dio la sorpresa de la jornada al imponerse por 81-78 al Olympiacos y forzar el cuarto partido. El Barcelona se adelantó en su eliminatoria tras ganar en Madrid (73-84), así como el Partizan superando al Maccabi (81-73).
Como no podía ser de otra forma, Dusko Ivanovic terminó bastante satisfecho con el partido realizado por los suyos, especialmente con el rendimiento de la defensa, el eterno caballo de batalla de su equipo en las grandes citas. «Hoy hemos jugado un partido muy completo en defensa y eso nos ha dado la posibilidad de ganar y tener todavía opciones. A ver qué va a pasar el jueves», comenzó su alocución el montenegrino.
A preguntas de los periodistas, el técnico montenegrino no se atrevió a calificar el de ayer como el mejor partido de la temporada en esta faceta, pero sí que fue «lo suficientemente buena para para ganar este partido».
Exigente como siempre, Dusko Ivanovic también analizó algunos errores cometidos, como los 14 balones perdidos por los suyos. «Este tipo de partidos tan tensos y duros te lleva a cometer algunos errores. Por inercia, intentas meter canastas que no entran, pero si queremos ganar el jueves tiene que ser otra vez desde la defensa», insistió.
Preguntado por los motivos de las diferencias en la actitud del Baskonia en Moscú y en Zurbano, Ivanovic se limitó a señalar que «teníamos que jugar así desde el primer día, a veces la gente quiere pero no te sale. Con el apoyo de nuestro público es más fácil».
Preguntado por la poca aportación de Pau Ribas en el partido de ayer, el técnico baskonista explicó que el de Badalona ha pasado por un proceso febril en los últimos días, que en condiciones normales no hubiera jugado pero que su ímpetu por jugar le llevó a colocarlo en el quinteto inicial. Su ausencia dio minutos a Singletary, uno de los mejores.
J.O.