La portavoz de EB en el Consistorio bilbaino y delegada de Urbanismo, Julia Madrazo, explicó ayer que se sienten «satisfechos» por la nueva ordenanza municipal del Espacio Público, que incluye la prohibición de «prácticas sexuales incívicas en la calle». «Hace un año y pico hablamos exclusivamente de la ordenanza que hacía referencia al tema de la prostitución, que cargaba todas las tintas en ese tema; eso ha cambiado, hemos pasado a una ordenanza de varios artículos», declaró.

En plena Semana Santa la Junta de Gobierno aprobó la polémica ordenanza que prohíbe las prácticas sexuales «incívicas», aquellas que «atentan contra la ciudadanía mediante la exhibición pública de actos de marcado carácter íntimo y personal» y en las que «el sexo esté explicitado y sea pública y notoria su realización, de forma que resulte imposible no advertirlo».

A las críticas de Askabide, la asociación que trabaja con prostitutas, se ha sumado también SOS Racismo, que acusa al equipo de gobiermo PNV-EB de tratar la prostitución como un simple problema de orden público. «Hay que sancionar las conductas y no a los colectivos», coincidió con Askabide.

La representante de Alternatiba y ex delegada municipal de Mujer en Bilbo, Carmen García, criticó que el Consistorio pretenda regular la prostitución «como si fuera un mero problema estético o de orden público». La ex corporativa de EB afirmó que la norma «tiene pinta de ser fiel reflejo de la aplicación de la Ley franquista de Vagos y Maleantes».