La declaración de Serbia sobre Srebrenica es un paso significativo y debería servir de ejemplo
La declaración institucional en la que el Parlamento de Serbia pide perdón por la masacre de 8.000 musulmanes en Srebrenica es un paso importante. Un paso unilateral dado por Serbia que, si bien no ha contentado a algunos de los familiares de las víctimas -que exigían una referencia expresa al «genocidio»- y ha enfadado a parte de la derecha serbia, supone un avance importante hacia la recuperación de la memoria histórica en los Balcanes. No cabe duda de que, en cierta medida, el objetivo del Gobierno de Belgrado es demostrar a la comunidad internacional su credibilidad y reforzar su candidatura a la Unión Europea. Pero la declaración muestra también una propuesta de reconciliación para las diferentes comunidades étnicas y religiosas que viven y deben convivir en los diferentes países de los Balcanes. Por eso no es momento de dirigir contrapreguntas a Belgrado, sino de hacer esas mismas preguntas al resto de agentes implicados en la guerra de los Balcanes, incluida la comunidad internacional. Srebrenica no fue la única barbaridad que se cometió en esa guerra, ni los serbios los únicos responsables de la misma. En ese sentido, la declaración debería servir de ejemplo para otros.