El San Antonio no tiró la toalla, a pesar de los siete goles de desventaja en el descanso, y luchó hasta el final para cambiar el resultado pero fue inútil. El Valladolid hizo valer la gran primera mitad que realizó, en la que se mostró como un bloque sólido y sin fisuras, para sumar una importante victoria.

El cuadro navarro mucho más serio y, merced a una buena defensa y a la dirección de Ruesga, mostró mayor claridad de ideas que los vallisoletanos, que cometieron varios fallos en los pases y en los lanzamientos lo que, unido al menor nivel defensivo, proporcionó al cuadro antoniano una ventaja de dos goles (4-6, min.11).

Pero el Pevafersa supo reaccionar y, en menos de diez minutos, dio la vuelta al marcador (10-7), gracias a una magnífica labor colectiva y a la mayor rapidez en el juego que imprimió Perales, que obligó a Chechu Villaldea a solicitar un tiempo muerto, para intentar reorganizar el juego caótico en el que se había inmerso su equipo.

Mientras, el cuadro local iba progresando de forma evidente. Tras la reanudación, ambos equipos pasaron por un período de confusión, pero San Antonio espabiló antes. Gracias a una mayor precisión en el juego estático y el incremento de la presión defensiva consiguió ir reduciendo las diferencias hasta situarse a tres goles (23-20) en el minuto 42. Después los anfitriones aprovecharon la exclusión de Vargas en el 49.

Beljanski, a Cuenca

Bojan Beljanski mejoró de un proceso febril y todo apunta a que podrá jugar con el Arrate el sábado en Cuenca. El pivote serbio ha sufrido una inflamación en la garganta y la consiguiente fiebre.