Raimundo Fitero
Papel de fumar
Recibo por lo menos una docena diaria de invitaciones a firmar documentos, acudir a manifestaciones, pertenecer a foros, formar parte de grupos de defensa del Ilustrísimo (de momento) señor don Baltasar Garzón. Veo las televisiones en su apartado de camuflaje de informativos incitando a tomar partido con el famoso juez. En las tertulias compite en espacio y encontronazos dialécticos con el caso Gürtel, por lo que hoy me la voy a coger con papel de fumar. No sé si la imparcialidad, la amnesia o la inmoralidad. ¿Qué razones tiene una persona que crea en la democracia y la justicia para defender al señor Garzón? No me lo explica nadie. Simplemente me dicen los que están al frente de esta campaña de «salvemos a Garzón» que la denuncia en los juzgados la han hecho partidos, asociaciones como Falange o Manos Limpias que se mueven ideológicamente en la extrema derecha. ¿Están prohibidas o estigmatizadas estas asociaciones? La contestación es no. Por lo tanto, se mueven en el entramado jurídico y político español con todos sus derechos y lo que hacen es tan respetable como lo que hace, por poner un ejemplo, Rosa Díez.
Así que el asunto reside en que otro juez ha admitido a trámite la denuncia, ha elevado sus considerandos y acusa a Garzón de prevaricación, porque se metió a investigar asuntos que no le correspondían, sabiendo que no le correspondían. O sea, no es por meterse contra Falange, ni contra Franco, a no ser que se entienda que es acto subversivo pedir el certificado de defunción del generalito. Yo diría que el Ilustrísimo (de momento) señor Baltasar Garzón ha usado su poder judicial, con el consentimiento de guerristas, zapateristas, peperos, peneuvistas y otros de aluvión de manera parcial, exagerada, sin garantías procesales, mirando hacia otro lado, o sea, consintiendo las torturas, cerrando medios de comunicación, aplicando las leyes a su antojo. Eso se lo aplaudían, pero en su soberbia, pensó que era el juez Campeador, y acabará mal. Como se merece. Su actividad jurídica es muy de derechas. Aunque se adorne con gesticulaciones baratas. No me muevo: observo su camino de perdición. Desmontemos esta falacia.