Valencia Basket truncó la racha de un Bizkaia Bilbao Basket que pagó muy caro su arranque de turista. Los de Fotis Katsikaris se engancharon muy tarde al partido, y aunque se impusieron en los dos cuartos posteriores al descanso, la desventaja adquirida en la primera mitad, especialmente en el segundo cuarto, resultó excesiva para poder remontar. De esta forma, es más que probable que los bilbainos acaben la jornada nuevamente fuera de los puestos de play off, aunque en su mente ya está plenamente la Final Four de la Eurocup que se celebrará en Gasteiz el fin de semana que viene.

Tras un primer cuarto de tanteo, el dúo Perovic-Marinovic dejó de perder balones absurdos y lideró el juego taronja, tanto en ataque como en la retaguardia, hasta el punto de alcanzar una máxima renta de 19 tantos. Los hombres de negro hicieron aguas por todos lados, y notaron la ausencia de Javi Rodríguez bastante más que el no concurso de Nando De Colo en el Valencia Basket, sobre todo porque Simeón y Marinovic buscaron y encontraron las consquillas a Salgado. El de Santutxu sufría ante las eléctricas penetraciones de los bases locales, que castigaron todos y cada uno de los desajustes creados gracias a esa táctica.

Además, primero Perovic y los tiradores después, aprovecharon con acierto sumo los huecos creados. Mientras, sólo Banic lograba sacar algo de los ataques bilbainos. Y es que los de Spahija demostraron una dureza mucho mayor en su defensa, impidiendo tiro fácil alguno a los vizcainos.

Más agresividad

Durante el descanso, Katsikaris debió poner los puntos sobre las íes a su vestuario, ya que sus hombres regresaron al parqué de la Fonteta con otro talante. La defensa comenzó a morder y a provocar errores a su rival, mientras que en ataque, a la habitual productividad de Banic se le unía la anotación de Mumbrú y Blums, amén de la capacidad reboteadora de Hervelle.

Ya en el último cuarto, Katsikaris dio con la tecla al dar entrada a Seibutis, que cerca estuvo de voltear él sólo el marcador. También es verdad que los taronjas habían levantado el pie del acelerador y se limitaban a meter las canastas precisas para mantener una distancia prudencial.

Así, Rafa Martínez apareció en el peor momento para los hombres de negro. Un par de canastas del escolta catalán evitaron nervios de última hora y que Spahija mostrara cartas de cara al fin de semana que viene, que promete ser otra historia.