96 fallecidos en un accidente aéreo en Rusia
Conmoción y luto en Polonia por la muerte de su presidente
La muerte del presidente de Polonia, Lech Kaczynski, en un accidente de avión que dejó 96 muertos, incluidos la cúpula militar y varios altos cargos, conmocionó a los polacos y a la clase política mundial. El país quedó sumido en una crisis que le obligará a adelantar las elecciones y a reestructurar sus Fuerzas Armadas. Las primeras investigaciones reponsabilizan a los pilotos por desoír las recomendaciones de los controladores aéreos.
GARA | VARSOVIA
El presidente polaco, el ultraconservador Lech Kaczynski, falleció ayer cuando el avión en el que viajaba junto a otras 95 personas, entre ellas su esposa y una delegación de altos cargos del Gobierno y Ejército, se estrelló sin dejar supervivientes cerca de Smolensk (360 kilómetros al suroeste de Moscú ).
«El avión chocó con los árboles, se estrelló y se incendió», declaró el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores polaco, Piotr Paszkowski, al canal de televisión TVN24.
«A bordo iban el presidente, acompañado por su esposa; el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y el viceministro de Relaciones Exteriores, Andrzej Kremer», añadió.
Entre las víctimas figura también el presidente del Banco Central polaco y, según una lista de pasajeros publicada por el Ejecutivo de Varsovia, los principales jefes de las Fuerzas Armadas.
Todos ellos se dirigían al Bosque de la Muerte de Katyn, cerca de Smolensk, para asistir a un acto en homenaje a los 22.000 oficiales polacos ejecutados hace 70 años por la Policía de Joseph Stalin.
La aeronave se estrelló a las 10.50 de la mañana [7.50 en Euskal Herria] cerca de una pista de aterrizaje situada en un extremo de la ciudad de Pechersk, a unos kilómetros de Smolensk.
El aparato, un Tupolev-154 de fabricación soviética, realizaba el aterrizaje «en condiciones de niebla espesa», precisó el Ministerio ruso de Relaciones Exteriores en un comunicado.
Los primeros datos apuntaron que un error del piloto estaría en el origen del incidente, informó la agencia RIA Novosti, citando una fuente de las fuerzas de seguridad.
Recomendaciones ignoradas
La agencia Interfax indicó que controladores aéreos rusos aconsejaron al piloto que dieran media vuelta y se dirigieran a Minsk, la capital de Bielorrusia, o a Moscú, ya que el aeropuerto de Smolensk carece del equipo de navegación necesario para recibir aviones cuando hay mucha niebla. No obstante, de acuerdo a la misma fuente, la tripulación hizo caso omiso a las recomendaciones y el aparado se estrelló cuando trataban de tomar tierra por cuarta vez.
En 2008, Kaczynski ya ordenó al piloto del avión que le trasladaba a Georgia aterrizar en Tbilissi a pesar de las advertencias en contra de los controladores y haciendo uso de sus facultades como comandate del Ejército para ordenar el aterrizaje.
El jefe adjunto de la Fuerza Aérea rusa, Serguei Razygrayev, consideró improbable que el accidente tuviera que ver con los servicios técnicos del aeropuerto de Séverni, pues calificó su infraestructura de moderna.
El presidente ruso, Dmitri Medvedev, «informado inmediatamente» sobre lo sucedido, envió al ministro de Situaciones de Emergencia, Serguei Choigu, al lugar del siniestro. Él mismo fue quien anunció durante la tarde que habían sido encontrados todos los cuerpos de las víctimas, que fueron trasladados a Moscú para su identificación.
Asimismo, tanto Medvedev y su primer ministro, Vladimir Putin [que se trasladó hasta el lugar del accidente], aseguraron que desarrollarán una minuciosa investigación para esclarecer los hechos.
El accidente de Smolensk, con la defunción de los altos funcionarios del Gobierno y el Ejército, ha dejado sumido al país en una grave crisis.
Por el momento, según lo establecido por la Constitución polaca, y hasta la celebración de nuevas elecciones, el presidente de la Cámara Baja del Parlamento, Bronislaw Komorowski, asumirá la jefatura del Estado.
Komorowski tiene un plazo de 14 días para fijar la ficha para celebrar los comicios anticipados «escogiendo para ello un día festivo en los 60 días a partir de la fecha del anuncio de las elecciones».
Los comicios debían celebrarse en octubre. Probablemente, los dos principales candidatos en liza hubieran sido el ultraconservador Lech Kaczynski y el propio Bronislaw Komorowski, candidato oficial del partido liberal Plataforma Cívica (PO) al que pertenece el primer ministro, Donald Tusk.
A primera hora de la tarde, Tusk convocó en sesión de urgencia a su Gabinete para determinar los pasos a dar.
Al concluir la reunión, Tusk hizo un llamamiento a todos los polacos a «tener una actitud digna en un momento de duelo nacional» [el duelo oficial se prolongará durante una semana], pero no detalló el contenido de las conversaciones mantenidas con los miembros de su Gobierno.
El Estado Mayor del Ejército también se reunió ayer. «Frente a esta situación de crisis, se tomarán las decisiones apropiadas», se limitó a declarar un portavoz del Estado Mayor, Dariusz Niedzelski, citado por la agencia PAP.
«Se dará un cambio generacional en las Fuerzas Armadas polacas. Es un proceso que ya se había iniciado, pero el azar lo precipitó», declaró a la agencia France Presse la politóloga Lena Kolarska Bobinska.
En el frente político, «lo que sucederá en las elecciones está poco claro por ahora, ya que dos importantes candidatos de los dos principales partidos opositores murieron en este accidente», señaló, en referencia a Kaczynski, candidato virtual del partido conservador Derecho y Justicia (PiS), y a Jerzy Szmajdzinski, candidato oficial de la Alianza de la Izquierda Democrática (SLD).
«La campaña presidencial será tranquila, sin conflictos», auguró Bobinska, al subrayar que el PiS de Kaczynski, que perdió a grandes personalidades en el incidente, «tendrá graves dificultades para recuperarse».
«También es un golpe personal terrible para el presidente de este partido», Jaroslaw Kaczynski, hermano gemelo del mandatario fallecido.