Juanjo Basterra Periodista
Los ausentes son la mayoría, y eso duele mucho
Los ausentes, en referencia a ELA y LAB, de la mesa de diálogo social del Gobierno de Lakua son, precisamente, los que encabezan la mayoría sindical vasca. No tenerlos en cuenta, como dejó claro la consejera de Empleo y Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, demuestra una actitud poco inteligente y, desde luego, poco democrática. Plantea de forma abierta que, si no aceptas lo que te ponen sobre la mesa, no quieren saber nada de ti.
Un principio democrático que no tiene parangón y que hace añicos esa idea de que en democracia se puede defender todo. Es la respuesta que ha dado y está dando el Gobierno de Patxi López a la inmensa mayoría de los trabajadores vascos y es la manera de hacer política, en este caso, de empleo y, me atrevería a decir, económica, siempre basadas en el márketing, pero no en la realidad mayoritaria de este pueblo.
Esa mesa de diálogo social sólo mira a Madrid y se ciñe a lo que los empresarios demanden y determinen. Así nos va. Porque si hablamos de ausentes, tenemos mucho que decir: ausentes de políticas eficaces de empleo y políticas económicas, y de políticas de salud y de prestaciones sociales reales y equiparables al resto de la Unión Europea. Con más de 181.000 parados ya, ¿de qué ausentes estamos hablando? Sin embargo, quienes figuran en esa mesa de diálogo social, coja y manca para con la defensa de los trabajadores vascos, esperan que Madrid decidida otra reforma laboral para decirnos las bondades de la misma. Solamente acarreará, el tiempo lo volverá a determinar, más precariedad y peores condiciones de trabajo para los trabajadores.
Los mismos que se sientan en la mesa de Patxi López y Gemma Zabaleta, se sientan y han sentado en Madrid desde hace ya más de 25 años. Son los que han llevado la precariedad a las cotas más altas de la Unión Europea. Son quienes han decidido políticas de empleo que han llevado al paro a miles de trabajadores a ritmos superiores que en la UE, incluso en países que han tenido evoluciones del PIB peores que el Estado español. Y son los que están beneficiando a los empresarios en su pugna por lograr más beneficios económicos a costa del sudor y la sangre de muchos trabajadores. Basta.