Alpinismo Actividades
Códigos invernales en territorios verticales de Dolomitas y Alpes
Primera invernal de «Capitan Sky-hook» (7b+, Civetta) para Alesandro Báu y Nicola Tondini. Mientras tanto, Sébastien Bohin y Cédric Périllat firman la tercera en invierno de «Manitua» (6c, A3+, Grandes Jorasses).
Andoni ARABAOLAZA
Caras norte, invierno y grandes dificultades en roca. Esos son los tres pilares de las actividades realizadas por los protagonistas de estas líneas. Unos más en libre y los otros más en artificial, pero con un objetivo común: la fría estación invernal. Y las dos actividades en sendos escenarios emblemáticos : Civetta (Dolomitas) y Grandes Jorasses (Alpes).
Los italianos Alessandro Baú y Nicola Tondini se presentaban en la cara noroeste de la Civetta. El objetivo era muy jugoso, intentar la primera invernal de la vía «Capitan Sky-hook». Una línea abierta en 1987 por los también italianos Paolo Crippa y Dario Spreaficio. Un muro de 500 metros más 380 de zócalo.
Un objetivo duro y todavía pendiente que cayó el pasado 19 de marzo gracias al buen saber hacer de la cordada formada por Baú y Tondini. Una primera invernal que también se ha traducido en la tercera repetición. Es decir, solamente se han dado cuatro ascensiones en 23 años. Los aperturistas no lo tuvieron nada fácil, ya que propusieron para la ruta dificultades técnicas de ED+ (7+ máximo y A2). Más tarde se liberaron las secciones de artificial, y finalmente quedó en 7b+.
Según informa Baú, fueron 29 horas de actividad sin parar: «Salimos del refugio de Coldai a las 3 de la mañana sin apenas dormir. La línea es hermosa y atrevida. Una gran obra maestra. Fuimos a buen ritmo, pero las dificultades no nos dejaron correr. Cada 2 ó 4 largos nos turnábamos en la cabeza de cordada. Por culpa de la fatiga, un par de pasos tuvimos que hacerlos en artificial».
Las tercera en las Jorasses
De la Civetta a la norte de las Grandes Jorasses, y es que Sébastien Bohin y Cédric Périllat firmaban la tecera invernal de la codiciada vía «Manitua» (1.100 m, 6c, A3+). La cordada francesa escalaba en cuatro jornadas (tres vivacs) la línea abierta en 1971 por uno de los históricos de ese escenario alpino: Slavko Svetitic. Una propuesta que cuenta con muy pocas repeticiones. Por ejemplo, la primera invernal (segunda ascensión) llegó en 1993 de la mano de un grupo polaco.
Los franceses llevan material en tres petates de 25 kilos para cinco jornadas. Atacan la vía a las dos de la madrugada, y superan los primeros 350 metros de mixto; no muy técnicos, pero sí delicados por el peso que llevaban. Con las últimas horas del día llegan al pie del bastión rocoso donde vivaquearon.
El segundo día escalan roca delicada, enfrentándose a artificial muy lento y laborioso. Sólo superan 200 metros.
Para el tercer día ya se nota la fatiga: «El próximo vivac está a 200 metros, y todavía tenemos que escalar el largo de artificial más difícil. No queremos meter ningún espit, y Cédric se cuelga de un clavo del que sólo ha podido meter 3 centímetros. A las 9 de la noche, y ya con viento, llegamos a la cima. Los últimos 60 metros han sido duros».
La Civetta y las Grandes Jorasses recibían durante el pasado marzo una primera ascensión y tercera repetición de vías con grandes dificultades técnicas.