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Los vecinos de Agoitz no se resignan a la pérdida de su patrimonio arquitectónico

Casa Errekari, más conocida en la actualidad como Casa Díaz, es un edificio señorial de Agoitz con gran valor arquitectónico. Desde hace años está prácticamente en ruina y causa numerosas molestias a los vecinos, pero muchos de ellos no se resignan a perder este valioso patrimonio.

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Iñaki VIGOR

La piedra clave del portal de Casa Díaz todavía conserva en su fachada la fecha de 1733, año en que fue construida. Se trata de una casa antigua y señorial, con fachada de sillería y de reconocido valor estético. Junto con el Palacio de Argamasilla, es el mejor elemento civil arquitectónico-patrimonial que existe en Agoitz. Además, existe constancia de que fue la primera finca registrada en esta localidad.

A principios de los años 80 fue adquirida por dos particulares, pero no pudieron hacer frente a su rehabilitación. Posteriormente fue catalogada como de uso dotacional, lo que implicaba que los propietarios no podían venderla más que al Ayuntamiento. En la legislatura 1987-91 se declaró la protección integral de la fachada, la cubierta y las escaleras del interior del edificio, por lo que cualquier intervención que se llevase a cabo debería respetar esos tres elementos.

A propuesta de los concejales de HB, en 1990 el Ayuntamiento intentó adquirir el edificio, pero un año después, con la llegada a la alcaldía de la Agrupación Independiente de Aoiz (AIA, vinculada a UPN-PP), esta posibilidad quedó en el olvido. En noviembre de 1999 llegó un momento clave para el futuro de Casa Díaz, ya que AIA, con Javier Esparza al frente, decidió descatalogar su uso dotacional. Un año después, la izquierda abertzale propuso comprarla y recabar subvenciones para convertirla en Casa de Cultura, advirtiendo de que, en caso de no hacerlo así, lo más probable era su hundimiento y desaparición. «Lamentablemente, el tiempo nos está dando la razón», constata ahora la izquierda abertzale de esta localidad.

Numerosas afecciones al vecindario

Desde que se produjo aquella advertencia, el Ayuntamiento de Agoitz no ha llevado a cabo ninguna actuación para conservar y rehabilitar este singular edificio, salvo el vaciado interior del mismo. Además, esta intervención vino motivada por la caída de parte de la fachada a la calle, en enero de 2009. «Si se llega a caer unos días antes, por ejemplo el día del Olentzero, podría haber habido incluso víctimas mortales», señala la izquierda abertzale.

El actual estado ruinoso del edificio está causando numerosas afecciones al vecindario. Así, la calle del Trinkete lleva más de tres años totalmente cortada en el tramo comprendido entre Casa Díaz y la calle Nueva, y resulta imposible acceder a ella. También lleva más de tres años cortado al tráfico el tramo entre la Plaza del Mercado y la Plaza Mendiburua, donde existe un estrecho paso peatonal entre bloques de hormigón llenos de suciedad. Esta situación ha afectado de forma negativa a comerciantes del entorno, cuyos ingresos han disminuido desde que se cerraron dichas calles.

Además de la insalubridad de la zona, por acumulación de porquería, basura y voluminosos, y de la peligrosidad que implica el riesgo de caída de piedras y otros materiales sueltos a la calle, algunos vecinos han sufrido robos en sus viviendas, a las que los ladrones han accedido aprovechando los andamios de Casa Díaz.

«Los cableados son tercermundistas»

Por otro lado, la acumulación de coches ha convertido la plaza en un callejón sin salida, y los cables de la instalación eléctrica para el alumbrado público siguen colgando entre las fachadas de las casas en lugar de estar soterrados. «Los diferentes cableados que recorren el Casco Antiguo son tercermundistas. Hay marañas de cables que, además de peligrosidad, aportan a las calles una decoración vergonzosa y transmiten una sensación de absoluta dejadez», denuncia la izquierda abertzale de Agoitz. A su juicio, la situación que se está viviendo en torno a esta problemática es «grotesca», y apunta como responsable al grupo AIA, a quien acusa de «inoperancia» y de una «total falta de sensibilidad para con el Casco Viejo».

«Cada día que pasa se alimenta el hartazgo de todos y en especial de los vecinos que viven alrededor de Casa Díaz», constata la izquierda abertzale. Junto a ello, recuerda que de las «ingentes» cantidades de dinero que el Ayuntamiento de Agoitz ha gestionado en los últimos años a través de la Fundación Itoiz-Canal de Navarra «no ha repercutido ni un euro en el Casco Viejo».

Reclaman un plan para regular todas las actividades constructivas y urbanísticas

Además de exigir una solución para Casa Díaz, la izquierda abertzale de Agoitz -que no pudo presentarse en las últimas elecciones municipales a causa de la Ley de Partidos-, reclama un plan «consensuado y basado en el sentido común» que regule las actividades constructivas y urbanísticas que puedan realizarse en el futuro.

Este plan incluiría la catalogación de todas y cada una de las casas del Casco Antiguo y de todos los elementos arquitectónicos del pueblo que deberían ser protegidos o restaurados a causa de su valor histórico o monumental.

Como paso previo, pide que se tomen medidas para evitar un mayor deterioro de Casa Díaz y subsanar el deterioro que ha sufrido el entorno, en especial la Plaza del Mercado y la calle del Trinkete. I. V.

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