Soy carnicero tradicional de tercera generación. Hemos vivido los cierres de los mataderos de nuestros pueblos y sufrido el incendio y desaparición del matadero de Kareaga en Barakaldo. En el transcurso de estos años de peregrinaje y adaptación, hemos creado junto con otros carniceros una Cooperativa de Trabajo Asociado de la que actualmente soy gerente. Comenzamos ocho trabajadores y en este momento somos treinta, carniceros, cocineros y personal especializado, un equipo conseguido en estos treinta años.

Como carniceros tradicionales hemos utilizado ganado del país y actualmente los despachos que disponemos (seis) en la Margen Izquierda y Zornotza lo son de Eusko Label, es decir, carne y productos de Euskadi de alta calidad. Hemos modernizado los sistemas de trabajo y ampliando la gama de productos elaborados, precocinados y cocinados, que incluso mandamos a otras comunidades.

Para conseguir todo esto hicimos una gran inversión, muy grande para nosotros y que todavía pagamos, en un pabellón integrado al Matadero Comarcal de Zorrotza, entonces y ahora el mejor y más moderno de todo Euskadi. Vinimos nosotros y otras quince empresas. Hemos comprobado las ventajas para la carne durante estos 20 años, el hecho de estar comunicados directamente con las cámaras frigoríficas del matadero y entre empresas, sin necesidad de camiones para el transporte. Buen producto y buen manejo significan producto inmejorable, lo que siempre hemos deseado.

Pues bien, todo lo logrado podemos perderlo si las diferentes administraciones no reaccionan. Si el Ayuntamiento de Bilbo, propietario del matadero no apoya al Gobierno Vasco y la Diputación de Bizkaia hace otro tanto por los ganaderos, cada vez tendremos más dificultades en poder ofrecer la mejor carne y que ésta proceda de ganaderos del país.

Señor Azkuna, espere 10 años a que esta zona pueda ser urbanizada, dé tiempo al señor López a decidir qué y cuántos mataderos debe haber en Euskadi (decidir mejor entre todos), y al señor Bilbao a cuidar y mimar a los ganaderos para que no les quede el remedio de abandonar sus prados o plantar pinos o eucaliptos. Defiendan los puestos de trabajo que en este complejo desarrollan su labor y que vds. saben son muchos. No nos dejen tirados.