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El retraso de la sentencia sobre el Estatut catalán tranquiliza a PSC y CiU

Tampoco ayer se logró el apoyo de un número suficiente de magistrados para que el Tribunal Constitucional español dictara sentencia sobre los recursos que el PP presentó hace cuatro años contra el Estatut de Catalunya. Este nuevo retraso supone un alivio para PSC y CiU, mientras que ERC exige una resolución para forzar un posicionamiento de todas la formaciones políticas catalanas antes de las elecciones al Parlament en otoño.

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Laia ALTARRIBA i PIGUILLEM

«Lo mejor que puede pasar es que el Tribunal Constitucional (TC) no dicte la sentencia hasta después de las elecciones catalanas». Son palabras de Josep Antoni Durán i Lleida, portavoz de CiU en el Congreso español de los Diputados, unas horas antes de hacerse pública la sentencia; y son muy esclarecedoras de la posición de su partido, y también del PSC, ante el fallo sobre el Estatut que ayer el TC volvió a posponer.

Una vez hecha pública la decisión, Artur Mas, presidente de CiU, proponía en rueda de prensa que el Parlament de Catalu-nya reclame la renovación de los cuatro miembros del TC que tienen el mandato caducado. Una vez renovado, para Mas, «lo único que tendría que hacer el tribunal es confirmar el Estatut, declararse incompetente para sentenciar lo que ha decidido un pueblo».

Pero más allá de esta propuesta de respuesta institucional conjunta al quinto intento infructuoso de aprobar una resolución, los dirigentes de la llamada sociovergencia (PSC y CiU) respiraron tranquilos ayer. Sociovergencia es un término que designa los intereses compartidos por los dos grandes partidos que se disputan la centralidad política catalana. Y en este asunto, a medio año de las elecciones autonómicas, ni el uno ni el otro desean tener que comprometerse frente al previsible recorte del TC.

ERC: «Cartas arriba»

ERC, por boca de su líder, Joan Puigcercós, lo que ayer exigió es lo contrario que Durán i Lleida: que haya una resolución inmediata. Por un lado, para acabar con la «sensación de provisionalidad y amenaza continua del TC y las instituciones españolas sobre Catalunya». Pero por otro lado, para Puigcercós es importante la sentencia «para que España enseñe sus cartas y así los catalanes podaamos responder, y podamos saber como reaccionaría cada cual frente una decisión que amputa la voluntad de la mayoría».

¿Y qué tipo de respuesta propone Puigcercós? Frente al previsible recorte (sea pequeño o grande, «poco ya es demasiado», alertaba), pedía a Mas y Montilla que estén «dispuestos a dar un paso al frente». Un paso que deben dar ahora y no esperar a la próxima reunión del TC, pues les preguntaba: «¿Están dispuestos a seguir esperando el Constitucional? ¿Esperar que el nuevo ponente, Guillermo Jiménez, vuelva a marcar las cartas? El futuro de Catalunya no pasa por el TC, pasa por lo que decidamos los catalanes».

Más allá de interpelar a CiU y PSC para tratar de evidenciar que lo que estos partidos quieren es posponer el conflicto hasta después de las elecciones, Puigcercós se dirigió a la ciudadanía para que responda al bloqueo del TC acudiendo a las urnas en la tercera ola de consultas independentistas. La nueva convocatoria es el domingo 25 de abril, cuando se votará en más de 200 municipios.

Por su parte, la izquierda independentista catalana ya viene advirtiendo desde el principio del proceso que los estatutos de autonomía no son el camino. En un comunicado, la CUP (Candidatura d'Unitat Popular) consideraba que «no será la Constitución, ni los estatutos de autonomía, ni las instituciones que emanan de los ordenamientos jurídicos español y francés quienes dotarán de derechos políticos nuestro país».

j.a. durÁn I LLEIDA

«Lo mejor que puede pasar es que el Tribunal Constitucional no dicte sentencia hasta después de las elecciones catalanas», declaró el portavoz de CiU en el Congreso español, Josep Antoni Durán i Lleida.

joan puigcercós

«La sentencia debe servir para que España enseñe sus cartas y así los catalanes podremos responder y reaccionar ante una decisión que amputa la voluntad de la mayoría», destacó Joan Puigcercós, líder de ERC.

Un nuevo ponente conservador augura aún más recortes

La imposibilidad de lograr un acuerdo en el Tribunal Constitucional español sobre la ponencia propuesta por Elisa Pérez (cuatro votos a favor, seis en contra) forzó ayer la designación de un nuevo ponente, Guillermo Jiménez, encargado de redactar una nueva propuesta de resolución.

Este magistrado forma parte del bloque conservador del tribunal, que es el que tiene como objetivo recortar más artículos del Estatut de Catalunya y que ayer impidió un fallo definitivo del Constitucional español.

Nacido en Almadén (Castilla-La Mancha) en 1940, Jiménez es catedrático de Derecho Mercantil y dedicó buena parte de su vida a la Universidad, hasta que a finales de 1998 fue designado por el Senado -dentro de la terna del PP- magistrado del Tribunal Constitucional, del que es vicepresidente desde 2004.

A pesar de que ayer alguna voz apuntaba la posibilidad de que en verano el Constitucional apruebe una sentencia, para la mayoría quedaba claro que la decisión no se va a tomar antes de las elecciones autonómicas catalanas, previstas para otoño.

La ciudadanía catalana espera desde 2006 que el alto tribunal decida sobre un texto que aprobaron en referéndum en junio de ese año. El texto llegó a las urnas del Principat después de haber sido recortado ya en Madrid en el trámite de aprobación en las Cortes españolas. Pero ese recorte -«cepillado», según la terminología del diputado del PSOE Alfonso Guerra- no fue suficiente para el PP, que presentó recursos contra varios artículos. L.A. i P.

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