El Gobierno interino de Kirguistán ha visto reforzado su poder tras la dimisión del derrocado presidente, Kurmanbek Baki- yev, que partió el jueves a Kazajistán, mientras que sus colaboradores más cercanos fueron arrestados ayer.

Los funcionarios de Gobierno interino confirmaron la detención del ex ministro de Defensa, Baktybek Kaliev, en una operación policial que involucró a decenas de colaboradores de Bakiyev.

Después de su llegada a Kazajistán -fruto de unas negociaciones coordinadas por EEUU y Rusia-, Bakiyev presentó su renuncia tras las insistencias del Ejecutivo de facto y después de una ola de violencia que, la semana pasada, dejó 84 muertos y provocó la caída del Gobierno de Bakiyev.

«En estos días trágicos para el pueblo de Kirguistán, renuncio en conformidad con la Constitución de Kirguistán, teniendo en cuenta mi responsabilidad ante el futuro del pueblo kirguís», afirmó en el documento de renuncia, leído por la jefa provisional del Gobierno, Rosa Otunbayeva.

Otunbayeva dijo ayer que es prematuro decir si presentará su candidatura a las próximas elecciones, previstas para dentro de seis meses.