Raimundo Fitero
Los Sabina
Por los intentos de remover las procelosas aguas de la medianoche televisiva, con la llegada a Cuatro de Santi Millán que en tres días ha perdido más de la mitad de audiencia conseguida en su estreno, he vuelto a reconciliarme con la oferta más veterana, «Buenafuente». Y al haber pasado un buen tiempo sin recalar con atención en esta oferta de madrugada, uno se encuentra con que se mantiene en forma, muy en forma. Y lo hace con una fidelidad absoluta a su fórmula, a su estilo, a su esquema. Se queja Buenafuente del horario, que probablemente adelantándolo una hora o así, lograría cuotas de audiencias mucho más amplias, pero su actual media de espectadores, estando en La Sexta y a esas horas, es bastante más que aceptable. Es exitosa en término relativos.
Ha ido prescindiendo de alharacas, de bisutería, de secciones donde había mucho ruido y pocas nueces y se ha quedado con lo esencial. Hoy en día, este programa es la muestra del ahorro a base de aprovechamiento de los caudales de energía. Es la fusión casi perfecta entre Buenafuente y Berto, es decir que el dúo formado por Andreu Buenafuente y Berto Romero, producen horas de televisión inteligente, divertida, cáustica, artísticamente solvente y sin necesidad de caer ni en procacidades, ni en chabacanerías. Dos cómicos creando situaciones que resuelven siempre con recursos teatrales, aprovechando todos los resortes del espectáculo, y pegándose bastante a la realidad, es decir a los aconteceres noticiosos y noticiables, lo que no deja de ser una clara y manifiesta opción de hacer política.
La compañía de músicos en directo, colaboradores muy bien seleccionados y las entrevistas diarias completan el cuadro, pero lo básico son ellos dos, reinventándose cada noche, alimentándose uno al otro, dando muestras de colaboración extrema como es el caso de «Los Sabina», que disfrazados como el cantautor de voz de cazalla, y a petición del público asistente, inventan canciones sobre los temas propuestos, a la manera de Sabina. Una delicia. Son rápidos estos dos tipos. Dos cómicos de mucha categoría, rayando a gran altura. Crecen juntos. De lo mejor de la televisión actual. Con diferencia.