GARA > Idatzia > Kultura

«A diferencia de las demás, en esta novela ha aparecido el humor»

p056_f01_148x244.jpg

Toti Martínez de Lezea

Escritora

La escritora alavesa viaja al Madrid de principios del siglo veinte con «La Universal» (Maeva), para dar rienda suelta, en medio de una crisis económica y social brutal, a su vena farandulista por medio de unos personajes libertarios y anarquistas. Un grupo singular que habita una pensión familiar, y que tras varios avatares acabará tomando la iniciativa de montar un circo.

Anartz BILBAO | BILBO

«Las otras no tienen que ver nada con esta» nos advierte Toti Martínez de Lezea al inicio de una conversación a través de la cual tratamos de conocer los entresijos de «La Universal», una pensión madrileña un tanto singular, que la alavesa toma como sede para trasladar su historia al Madrid de comienzos del siglo XX. La historia parte del atentado que Alfonso XIII sufrió el día de su boda, el 31 de mayo de 1906, en el que una bomba lanzada por un anarquista no alcanza al monarca pero mata, sin embargo, a decenas de ciudadanos de a pié, que esperaban con alboroto el desfile de la comitiva real -«y a pesar de ello, Alfonso XIII celebró ese día su banquete de boda», puntualiza Toti-. «Y a partir de ese hecho histórico, el resto es todo invención».

La trama se desarrolla pues, en un Madrid convulso, «porque me contaron que un tío abuelo mío de Ozaeta se marchó a principios de siglo allí y montó una pensión y un circo. Y la idea me pareció genial. Un aldeano alavés que se va a Madrid y monta un circo...».

Con ese punto de partida se nos presenta un Antón Ozaeta que tratará de capear la crisis socioeconómica que los ahoga montando una pensión primero -La Universal-, y un circo después. Una época «bestial, de hambre, sin prestaciones sociales, ni sanidad pública ni nada de nada. Al Gobierno español se le escapó el tema de las colonias -y todo el dinero que provenía de América-, permitió la entrada masiva de toneladas de trigo y cereales de los EEUU y de Rusia que era más barato, con lo que el campo español se arruinó. Los campesinos, no pudiendo comer, inmigraron en masa a las ciudades, sobre todo a Madrid y Barcelona. Se arruinaron las empresas vascas de herramientas y las empresas textiles catalanas... eso llevó a la semana trágica, eso a la dictadura de Primo de Rivera, eso a la segunda República, eso a la Guerra del 36, ya ves» relata de carrerilla la autora alavesa, apasionada, al parecer, de la historia.

Una época, en resumen, quizá paralela a la situación actual. «Cualquiera diría que las cosas no cambian, que la historia se repite, como siempre se ha dicho, y que la crisis actual no es ninguna novedad con respecto a otras que ha habido antes». Sin embargo, en esta trágica situación, «La Universal» es una obra positiva, «una novela de supervivencia», según su autora. «Digamos que al no haber todas esas prestaciones que ahora hay, y como la gente que se quedaba en paro se quedaba sin nada, es una novela de supervivencia en la que se utiliza el ingenio para sobrevivir, pues en toda época de crisis, o trabajas la cabeza o te mueres de hambre. Hay que hacer algo, con ingenio y con buen humor».

Capacidad de superación

Enérgica y dicharachera, «el ingenio que tenemos los seres humanos, esa capacidad de superación, nos permite sobrepasar este tipo de cosas», relata Toti. «La gente sobrevive porque se empeña en sobrevivir y porque no espera la ayuda del exterior, tenemos capacidad de hacer cosas sin esperar que nos las hagan». Y es que la escritora alavesa no es muy amiga de políticos y reyes, y en «La Universal» se nota. «De lo que se trata es de que el pueblo, los de a pie, no esperemos gran cosa de los dirigentes políticos y salgamos adelante por nuestros propios medios, como han salido por sus propios medios generaciones y generaciones de gentes, de aquí de allá y de acullá».

Es ese afán de salir adelante lo que llevará al protagonista Ozaeta, junto a sus singulares inquilinos de pensión, a montar un circo familiar, en un proyecto un tanto alocado y alegre. Y es aquí donde, a diferencia de las demás novelas de la autora, «ha aparecido humor. No es un humor que haya buscado, al contrario, no podía ser trascendental con estos personajes, y eso es bueno. La actualidad es dramática, es dramática siempre, pero a la gente normal nos gusta reirnos y soltar una carcajada es bueno para la salud».

Por lo tanto, en una historia dramática, en la que la gente se muere de hambre, en la que en medio de una crisis bestial tienen que montar un circo para sobrevivir... «sin embargo tienen el humor de seguir adelante para capear momentos difíciles. La esperanza, el ingenio, la capacidad de sobrevivir pese a quien pese, es muy importante».

Y en «La Universal» consiguen salir adelante con una sonrisa, en medio de una trama en la que también tendrá cabida el amor, un crimen que hay que resolver y muchos enigmas a descubrir...

«Las filias y las fobias del autor aparecen en las novelas y en los personajes, no puedes evitarlo»

Además de descubrir «La Universal», una charla con Toti Martínez de Lezea sirve para descubrir su energía y pasión por su oficio, del cual también nos interesamos. Respecto a la construcción de los personajes, «salen, salen» replica rauda, ante nuestra incredulidad. «Por ejemplo, hay un muerto en la obra, un supuesto asesinado, y dos páginas antes de acabar la novela no sabía quién iba a ser el asesino. Le decía a mi marido, se me está acabando la novela y no encuentro el asesino. Él me decía, `pues alárgala', pero no se pueden alargar las cosas porque sí. La novela tiene un ritmo y el autor ve cuando se está acabando. Cuando estás en el oficio, lo sabes y lo ves».

Sobre sus novelas con temática vasca, «no me tengo que limitar a historias de Euskal Herria, lo que pasa es que me encantan -aclara-. A mí me gusta escribir sobre mi pueblo, esa es la verdad, más que nada porque me gusta y porque conozco muy bien nuestra historia, nuestra idiosincrasia, nuestra forma de ser, de vivir... Lo de casa lo conozco y es una labor que hay que hacer, dar a conocer esta tierra».

Respecto a la escritura, «por lo general empiezas a escribir y la historia te va llevando, pero para eso hay que tener una mentalidad» relata. Por otra parte, «el autor que dice que se inhibe de sí mismo para escribir está mintiendo. Porque nuestras filias y nuestras fobias aparecen, en las novelas y en los personajes, no puedes evitarlo. No vas a coger a un personaje odioso y amarlo...» aclara tajante. «Pero eso sí, hay que evitar adoctrinar. Yo pienso así y tú... como te de la gana».

La autora alavesa, que tiene ya doce títulos de su extensa obra en euskera -«pienso tener toda mi bibliografía en euskera»-, publicará próximamente una nueva aventura de Nur (literatura infantil) en Erein. Actualmente va de charla en charla hablando sobre literatura. La pasada semana estuvo en Aretxabaleta y en Barakaldo y la próxima viajará a Zaragoza. Sobre su última novela, «La Universal», que vio la luz apenas hace un mes, las primeras críticas han sido positivas, pero «los amigos no son de fiar» reconoce Toti. «Te dicen siempre que están encantados. Los enemigos tendrán que decir». Publicada en la editorial Maeva, con la nueva novela «se ha hecho una edición más asequible, más barata de lo normal, con un tamaño más pequeño, con letra compacta y prescindiendo de tapas duras...» nos explica. Sin embargo, cuestionada sobre si el autor tiene capacidad de decidir dichas cuestiones, «yo no intervengo en estas cosas para nada -replica-. Puedo dar mi opinión, pero que me tengan en cuenta...».

Sobre su espíritu farandulero -fue fundadora de Kukubiltxo, por ejemplo-, «soy bastante circense -reconoce-, pero creía que era por parte de madre y no sabía que los de Ozaeta, uno por lo menos, también lo era (ríe y ríe)».

A. B.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo