¡Pues menos mal que era seria duda! Un esguince de tobillo ponía sobre Nando De Colo una interrogante que sólo no se despejaría hasta el último momento. Pero hete aquí que Spahija no sólo lo sacó de titular, sino que además, el base francés anotó 20 puntos. Y en la segunda mitad, cuando su caudal se agotó, apareció Nielsen para dar la puntilla.

Y es que el Panellinios mostró un nivel muy superior a lo que viene siendo habitual en el equipo heleno y llegó poner en solfa el favoritismo taronja. Su circulación de balón y la efectividad en el lanzamiento del ex Bruesa GBC Devin Smith, trajeron de cabeza a los de Spahija, que no pudieron relajarse en ningún momento. No obstante, los de Ilias Zouros se tuvieron que rendir a la evidencia: Valencia Basket cuenta con un banquillo mucho más amplio, con hombres como Nielsen o Kelati, que son una fuente inagotable de recursos, y además, el conjunto heleno careció de la «versión Michael Jordan» de Nando De Colo.

Gana quien defiende antes

A diferencia de otros partidos llenos de tensión, en los que cuesta un mundo sumar, esta primera semifinal tuvo en la alegría en ataque su denominador. Las retaguardias llegaban tarde, sobre todo la valenciana, de modo que Panellinios alcanzó su mayor ventaja, 10-15, metiendo el miedo a un graderío volcado con los taronja. No obstante, dos chispazos de Rafa Martínez devolvieron la «normalidad» y el primer cuarto terminaba con el inicio del festival De Colo: 28-22.

Estaba claro que la iniciativa sería del primero que echara el cerrojo a su canasta, y éste no fue sino el Valencia Basket. Los de Spahija presionaron para dificultar la subida del balón de los griegos y cerraron mejor los rebotes y, con De Colo desatado, dieron hacia el final del segundo cuarto el tirón que a la postre resultaría definitivo: 53-39.

Se quivocaron quienes esperaban la rendición del Panellinios. Entre Blakney, Owens, Smith y Vogioukas en ataque y defensas alternativas, apelaron a la heroica y llegaron a ponerse a seis: 77-71 a falta de 4 minutos.

Pero Spahija paró a tiempo; puso los puntos sobre las íes y Matt Nielsen dijo «aquí estoy yo» para poner a su equipo bien aposentado en la final.