Victoria Mendoza Psicoterapeuta
Filmes para mover conciencias
Estos días pude asistir a la gran mayoría de películas del Festival de Cine de Derechos Humanos, donde pudimos apreciar interesantes guiones, una gran lista de jóvenes y buenos directores, buenos actores, buena fotografía y buena música.
En muchos casos me sentí identificada, por ejemplo en esa maravillosa película australiana de Adam Elliot «Mary and Max», donde vi reflejada parte de mi historia, ya que tengo un gran amigo, genio y con cierto grado de esquizofrenia, que durante más de veinte años me ha escrito cartas muy personales donde demuestra su genialidad y gran sensibilidad. También en otras películas que, a pesar de su crudeza, muestran hechos actuales, como puede ser el problema de las jóvenes asesinadas en Ciudad Juárez, o el tema migratorio en México y en Europa, sin faltar temas donde se ve reflejada y bien representada la falta de derechos humanos que se sufre por toda la geografía de nuestro maravilloso y mediocre planeta. Creo que todos hemos podido salir con algún tipo de sentimiento de rabia, impotencia e indignación por este mundo tan injusto. Al menos ese objetivo de mover conciencias humanas lo va consiguiendo este tipo de festivales y de cine, y espero que podamos seguir contando con ello.
Mi duda es acerca de lo que hacemos después de todo esto, es decir, qué estamos haciendo cada uno además de indignarnos, cuál es nuestra aportación, nuestro compromiso o nuestra acción concreta para que esta serie de injusticias no siga sucediendo en cualquier rincón del mundo. Creo que a los pocos días se nos olvida la indignación y poco a poco volvemos a ser parte de un mundo enajenado y alienado por un sistema corrupto y mediatizador, volvemos a nuestra propia lucha por sobrevivir, porque los sistemas políticos se las han ingeniado muy bien para que la vida nos resulte difícil y tengamos más que suficiente intentando remediar y solucionar nuestra propia vida y se nos olvide muy pronto que otros viven en peores circunstancias que nosotros, en situaciones de guerra y miseria provocadas y cronificadas.
Aun así, tengo esperanzas de que sigamos tomando conciencia y sé que ya son muchos los que se implican en esta lucha por un mundo más justo. Creo que hay cada vez más gente comprometida y, para colmo de mi optimismo, creo que también hay gente inteligente, como por ejemplo aquellos que nos mostraron en la película que recomiendo a todos los políticos, «Endgame», de Pete Travis, inyectándonos la esperanza de poder ver aquí en Euskal Herria en un futuro próximo lo que esa película mostró: esa solución dialogada de conflictos cuando en el 85 en Sudáfrica, en el régimen del Apartheid, se mantienen diversas conversaciones secretas en un intento de llevar la paz y la democracia al país y ver, además de la valentía de los ahí reunidos, que hubo también inteligencia, cordura y sensatez por parte de unos y de otros. Algo que muchos esperamos ver por estos rumbos para poder terminar con el conflicto vasco y poder comenzar a sanar heridas que por ahora están más que abiertas.