Dos fallecidos en tres días, en Picos de Europa y Mugarra. Ésa es la terrible realidad de los accidentes en la montaña, que se salda hasta el día de ayer con doce ciudadanos vascos muertos en lo que va de año. La última víctima, Iñaki Gerenabarrena Sabarte, lekeitiarra de 68 años, fue localizada por efectivos de la Ertzaintza bien avanzada la tarde del martes después de que su familia advirtiera de que no había regresado a su domicilio como tenía previsto.

En torno a las 18.00, los propios allegados hallaron el vehículo en las faldas del Mugarra, en el barrio iurretarra de San Andrés. Poco después, un pastor de Abadiño que se encontraba recogiendo sus ovejas alertó del hallazgo del cuerpo sin vida del desaparecido en el área de Neberondo. Debido a la dificultad para el traslado del cadáver, según informó el Departamento de Interior de Lakua, los efectivos de la Ertzaintza necesitaron del apoyo de un helicóptero.

Este nuevo siniestro se produjo tres días después de que el Grupo de Rescate de Bomberos de Asturias encontrara el domingo, en las cercanías de Torre Santa de Enol, en Picos de Europa, el cuerpo sin vida de Iñigo Ajuria Iturrioz, de 37 años, natural de Ordizia, residente en Durango y trabajador del Grupo Alfa de Eibar. El cadáver se encontraba semisepultado por la nieve, lo que llevó a los servicios de emergencias a barajar la hipótesis de que un alud le sorprendió cuando estaba escalando en solitario por un paraje denominado Peña Rubia.

De confirmarse, los aludes han causado ocho de las doce muertes contabilizadas en 2010. El 9 de enero, en el Pico Collarada, en el Pirineo oscense, fallecieron los hermanos Txomin y Santi Eugi Martinikorena y su cuñado Unai Isasi Pérez, todos ellos vecinos de Iruñea, cuando practicaban esquí de travesía.

Ese mismo mes, el 26 de enero, dos bilbainos, los hermanos Juan José y Daniel Rodrigo Prieto, perdieron la vida a causa de los traumatismos y las bajas temperaturas que soportaron tras un alud de hielo en la cara sur de Curavacas, en Palencia.

A estos hechos hay que sumar la desaparición de Armando Nieto Lacunza y Alfonso González, vecinos de Iruñea, que no volvieron de su salida al Pirineo bearnés. Efectivos de la Gendarmería francesa y de los bomberos localizaron el 21 de febrero su coche en Lescun, junto a la estación de esquí de Arette, cerca de la muga con Nafarroa y Zuberoa. A día de hoy, los servicios de emergencias todavía no han hallado sus cuerpos.