La barrera de arrecifes de coral de Florida, la tercera más extensa del mundo, podría quedar expuesta a una gran contaminación petrolífera si el derrame de crudo en el Golfo de México llega a la zona, traído por un corriente oceánica, alertaron ayer los científicos.

La proximidad del borde sur de la marea negra con la corriente «indica que hay una creciente probabilidad de que el petróleo ingrese en la corriente si es que aún no ha ingresado», dijo la directora de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica estadounidense (NOAA, en inglés), Jane Lubchenco.

Si esto ocurriera, la Corriente del Golfo podría traer las manchas de petróleo «hacia el estrecho de Florida en 8 ó 10 días», agregó la funcionaria.

Las manchas de alquitrán aparecieron en varias playas de los cayos de Florida e incluso en el mítico Key West y en sectores del santuario marino Dry Tortugas, indicó la Guardia Costera de EEUU, sin poder confirmar aún si se trata de los primeros efectos en la zona del gigantesco derrame.

La Corriente del Golfo circula a través del Golfo de México, desciende hacia el extremo de la península de Florida y gira hacia la costa este de EEUU pasando por Key West, por una larga cadena de islas y por la reserva de arrecifes de coral.

Tóxico

«El crudo y especialmente los componentes de hidrocarburo que se disuelven son tóxicos para los corales», señaló a AFP Richard Dodge, científico experto en corales de la Universidad Nova, de Florida. «La toxicidad de las aguas por el derrame pueden tener efectos nocivos sobre los tejidos reproductivos de los corales, pueden generar blanqueamiento y mortandad», indicó.

La compañía pretrolífera británica BP informó el martes de que logró instalar en la fuga una conexión que permite absorber unos 2.000 barriles diarios, cerca del 20% del flujo que se vierte.