«Las críticas políticas en las pancartas pueden existir. Han existido desde los tiempos de Franco», declaró David Castillo, portavoz de la Federación de Peñas, mientras sostenía una pancarta frente a la Audiencia de Iruñea en favor de la libre expresión. El lema de la protesta era «No más ataques a las Peñas. Adierazpen askatasuna». Junto a él, una treintena de personas se solidarizaba con los dos últimos imputados.

El interrogatorio a los caricaturistas por «enaltecimiento del terrorismo» supone una nueva vuelta de tuerca en un proceso que arrancó con una denuncia del Ayuntamiento y en el que se también se procesa a los presidentes de las dos peñas.

Los socios de Alegría Txantreana y San Fermín denunciaron la deriva «esperpéntica» que está llevando el proceso judicial y recordaron al Consistorio que dirige Yolanda Barcina que el dibujo resulta elegido «en concurso público» por «los socios que, de forma soberana, votan entre todos los proyectos».

A la peña de Txantrea, la acusación le viene por la frase «Ongi etorri Kurika», que aludía al preso del barrio Miguel Ángel Gil Cervera. En la tela de la San Fermín se leía «Iñaki etxera» junto a una caricatura de Iñaki Marin Mercero, un socio preso. Cabe remarcar que las pancartas se hacen públicas el Día de las Peñas, en junio. Y entonces nadie vio nada raro.

Ayer, Castillo recordaba que sólo en dos ocasiones se han censurado las pancartas, en 1993 y en 1983. En ambas, el aviso llegó antes de Sanfermines.

La primera pancarta que no salió en las fiestas de la ciudad era de Oberena; en ella aparecía el texto «Hala eta gustiz ere» (A pesar de todo). Las autoridades sólo censuraron la palabra «eta». No hubo ni juicio, ni imputados, ni la «caza de brujas» que denunciaban ayer los concentrados. Todo se arregló con un manchón negro en la pancarta que rezaba «Zen-surado», en honor al plan ZEN del ministro José Luis Barrionuevo.

Contra los de la peña Rotxapea se removió la Casa Real en 1993. Según el delegado del Gobierno español, en ella «se escarnecía al Rey» por «jugar con la muerte del padre del monarca y la salud de su madre». Finalmente, la tela se quedó sin paseo en Sanfermines.

El portavoz de las 16 Peñas afirmó ayer que entre todas suman 5.000 socios, «gente de todo el espectro político y de ninguno, porque lo que nos une son los Sanfermines y las fiestas populares». Según Castillo, el único delito cometido «es el de trabajar por los Sanfermines y la cultura de la ciudad». Y a pesar de todo, el proceso judicial sigue adelante, por exhorto de la Audiencia Nacional.