El Gobierno provisional de Kirguistán decidió ayer confiar las funciones de presidente del país a su jefa, Rosa Otunbayeva, por un período transitorio hasta el 31 de diciembre de 2011 y anular las elecciones presidenciales previstas para octubre. Otunvayeva no podrá volver a presentar su candidatura tars este periodo hasta que se apruebe la nueva Constitución.

Su permanencia en el cargo debe ser aún «confirmado por referendo» el 27 de junio, día en el que los kirguises deberán pronunciarse también sobre una nueva Constitución.

El Gobierno, que tomó el poder en abril tras una revuelta sangrienta que derrocó a Kurmanbek Bakiyev anuló mediante decreto la convocatoria depresidenciales en otoño. «En octubre sólo habrá legislativas», dijo un funcionario kirguís.