El hostelero de Bilbo detenido el martes por la Ertzaintza tras no presentarse en la Audiencia Nacional española fue puesto ayer en libertad con varias medidas restrictivas. La Policía autonómica trasladó a Madrid a Julen Orbea para que compareciese ante el juez Ismael Moreno y éste decretó su puesta en libertad. Deberá acudir a firmar cada quince días a los juzgados y no podrá salir del Estado español.

El martes por la noche agentes de la Ertzaintza detuvieron a Orbea, hostelero que, junto a otro trabajador del local, José Manuel Rivero, anunció el día anterior su negativa a acudir al tribunal especial. Habían sido citados para prestar declaración por las fotografías de presos vascos colocadas en su lugar de trabajo: el establecimiento hostelero de la asociación Irrintzia del Casco Viejo.

Ambos están acusados de «enaltecimiento del terrorismo y humillación a las víctimas» de ETA tras una querella interpuesta por la asociación ultraderechista Dignidad y Justicia.

Arropados por un nutrido grupo de vecinos de Bilbo y representantes de distintos organismos, los dos taberneros explicaron que no pensaban presentarse de forma voluntaria ante el tribunal ya que que creen que los retratos de los prisioneros políticos vascos son «la herramienta para denunciar la conculcación de sus derechos». «La foto simboliza el sufrimiento de cada persona presa mucho más que mil palabras», añadieron.

En este sentido, indicaron que las fotografías de sus vecinos encarcelados «no son para enaltecer su militancia en ninguna organización» ni se pretende «humillar ni menospreciar a las personas que han perdido a sus familiares a lo largo de duros y largos años de conflicto político armado».

En protesta por estos hechos, ayer por la tarde realizaron una burrunbada en la plaza Santiago del Casco Viejo de Bilbo bajo el lema «Elkartasuna ez da delitua».