Currin anima al PSOE a aprovechar la ocasión y prevé que si no lo hará el PP
En Barcelona, el facilitador sudafricano Brian Currin instó ayer al Gobierno español a responder a la iniciativa de la izquierda abertzale con «pasos concretos» como su legalización o con el acercamiento de los presos a Euskal Herria. Además, Paul Ríos (Lokarri) denunció las «presiones» que han sufrido los líderes y expertos firmantes de la Declaración de Bruselas para que retiren su apoyo a esta iniciativa.
Alberto PRADILLA
Tras pasar por Donostia o Madrid, Brian Currin estuvo anoche en Barcelona, desde donde pidió «pasos concretos» al Gobierno español que respondan al documento ``Zutik Euskal Herria'' hecho público por la izquierda abertzale. «Batasuna ya ha hecho suficiente para ser legal, ahora le toca al Gobierno», aseguró el facilitador sudafricano durante una conferencia organizada por Lokarri y la Fundació per la Pau.
En su opinión, «la legalización de Batasuna y la liberación de sus miembros, la excarcelación de los prisioneros enfermos y el acercamiento del resto de presos» serían medidas que «ayudarían a generar confianza» para un eventual proceso de re- solución del conflicto. Recordó que en Irlanda se facilitó a los prisioneros la participación en el debate político y lo contrapuso a las dificultades a las que se enfrentan los presos vascos debido a la dispersión impuesta desde Madrid y Paris.
Durante su intervención, Currin apeló directamente al presidente del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, para que ejerza el liderazgo dentro de su partido y «convenza» a los miembros de su formación de que la resolución del conflicto podría ser una baza de cara a las futuras elecciones generales en una coyuntura en la que «los argumentos económicos van a ser difíciles». Esto lo hizo extensible a los miembros del PSOE favorables a una solución dialogada, después de que el concejal del PSN en Atarrabia José Luis Úriz, presente en la conferencia, constatase que la tendencia mayoritaria en su partido es la que apuesta por «el palo».
De todos modos, Currin recordó que las elecciones en el Estado español están previstas dentro de dos años y que si el PSOE no se implica en la resolución del conflicto y vaticinó que si «otro partido» gana los comicios, «éste tendrá su oportunidad». Recordó que el PP «también contactó con ETA» cuando estuvo en el poder. Y trajo a colación que tanto en el caso sudafricano como en el de Irlanda fueron dos líderes de la derecha, Frederick de Klerk e Ian Paisley, quienes dieron pasos para avanzar hacia la resolución. «La derecha está más posicionada para estas negociaciones», consideró.
Realismo y tiempos
Currin también tuvo palabras hacia la izquierda abertzale, a quien aplaudió por su última iniciativa y de quien destacó que «han logrado el apoyo de su base social», «profundizar en la alianzas con otros partidos independentistas» y también recabar el apoyo internacional a través de la Declaración de Bruselas. Tres elementos que consideró que «garantizan» la irreversibilidad de un proceso «ini- ciado de forma unilateral» en un momento en el que no existen negociaciones. En este sentido, el facilitador sudafricano apeló a quienes exigen más condiciones a la izquierda abertzale y les instó a no generar «expectativas irreales». «El proceso se hace poco a poco», consideró.
No obstante, el facilitador sudafricano insistió el mensaje que la iniciativa de la izquierda abertzale «perderá su credibilidad si se perpetúa indefinidamente» y, aunque abogó por una declaración de tregua «oficial» consideró que se vería «sorprendido» si se produjese algún ataque violento.
El papel de los mediadores internacionales también fue analizado durante la conferencia. Por el momento, Currin considera que es necesario un clima de «mayor confianza» que facilite los acuerdos para que pueda ponerse en marcha una comisión verificadora que combata el «secretismo» que, en su opinión, frustró el último proceso.
Presiones a firmantes
Precisamente sobre la Declaración de Bruselas había hablado previamente el coordinador de Lokarri, Paul Ríos, a través de su blog, desde donde denunció las «presiones injustificables» que han sufrido algunos de sus firmantes para que abandonen la iniciativa.
«Es un hecho muy grave. No descarto que algunas de estas personas decidan retirar su apoyo a la Declaración obligados por estas presiones. Es grave pero no muy preocupante porque, en cualquier caso, aunque se caigan dos o tres personas, la lista seguirá siendo muy potente», señaló Ríos, que por el momento no quiso profundizar en esta cuestión.