El Ejecutivo de Patxi López ultima el anteproyecto de reforma de la Ley de Drogodependencias, que tiene previsto aprobar en junio en Consejo de Gobierno con la intención de que entre en vigor antes de que finalice el año; las modificaciones son la plasmación de las directrices impulsadas por el Gobierno español. El cambio más significativo es la prohibición de fumar en todos los espacios públicos cerrados, incluidos los locales de hostelería, medida que ha generado una gran controversia por la pretensión de las autoridades de imponer a los propietarios de los establecimientos sanciones en caso de que se infrinja la normativa.

Con la futura ley en vigor se prohibirá fumar en todos los centros educativos, independientemente de la edad del alumnado, incluidas las zonas cerradas, semicerradas y al aire libre, en instalaciones deportivas públicas al aire libre si hay menores, en hoteles y hostales, y en cualquier tipo de transporte.

De cara a este horizonte, los responsables autonómicos han emprendido una campaña para ensalzar los beneficios de las restricciones y asegurar que sus medidas están avaladas por una parte importante de la ciudadanía. Ayer, el viceconsejero de Sanidad, Jesús María Fernández, mostró la voluntad de su departamento para extender a los ambulatorios las unidades de deshabituación del tabaquismo que ya funcionan en algunos centros de salud por iniciativa de profesionales. La pretensión de Sanidad es que las nuevas unidades se ubiquen en zonas donde las tasas de tabaquismo son importantes.

Además, se baraja la posibilidad de facilitar apoyo farmacológico a las personas con graves problemas de salud e imposibilidad de dejar de fumar por sus propios medios, entre las que se encuentran fumadores reincidentes, pacientes de patología orgánicas, embarazadas y con lactantes. El objetivo de Lakua es que la proporción de no fumadores alcance el 80% y las personas expuestas al humo no supere el 10%.

El viceconsejero incidió en que unas 2.500 defunciones en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa -un 13%- son atribuibles al año al consumo de tabaco. Por sexos, el 23% de las muertes en los varones en la CAV están ligadas a este consumo, que se ha reducido entre 1997 y 2007, especialmente en los hombres que ha pasado del 35 al 29% entre los mayores de 16 años. Según los datos de Lakua, un 21% de las mujeres fuman, aunque el descenso en el consumo ha sido menor que en los varones.

A la vista de estas cifras, por primera vez las mujeres han sobrepasado a los hombres en el consumo de tabaco en la franja de edad de entre 16 y 24 años, ya que fuma el 25% de ellas frente al 22% de los varones.

Jesús María Fernández aseguró que un factor que influye en el tabaquismo «es el nivel socioeconómico y de estudios» ya que, a menor nivel, mayor índice de tabaquismo.

El presidente de Osatzen -Sociedad Vasca de Medicina de Familia y Comunitaria-, Rafael Gracia, dio ayer a conocer en Bilbo una encuesta efectuada entre 2.935 personas, de la que se desprende que el 16% de los consultados afirma que acudiría menos a los locales de ocio si se prohibiese fumar en todos ellos, mientras que un 32% manifiesta que iría más. Además, según el estudio, más del 70% de los encuestados no fumadores -1.159 personas- apoya la prohibición de fumar en todos los locales hosteleros cerrados y asegura que no tienen facilidad para encontrar espacios libres de humo. El porcentaje baja entre los fumadores -857 personas encuestadas-, aunque cerca de la mitad comparten dichas consideraciones.

Gracia apuntó a que en el 85% de los hogares hay normas respecto al consumo de tabaco, impidiéndose fumar en la mitad, y en un tercio se limita a espacios como la cocina, la terraza o el baño.

El papel de las multas

«No vamos a ir con el talonario de multas, queremos concienciar de que el tabaco es perjudicial y queremos que la sociedad aprenda a convivir», manifestó la directora de Drogodependencias del Ejecutivo de Lakua, Celina Pereda, en una entrevista concedida a la agencia Efe. El anteproyecto fija sanciones tanto para los infractores como para los que lo permiten, pero Pereda insistió en que este asunto no es el objetivo de la legislación, sino proteger la salud de las personas no fumadoras.

Las infracciones leves serán sancionadas con multas de hasta 3.000 euros, las graves con importes de entre 3.001 y 15.000 euros y las muy graves de entre los 15.001 y los 600.000 euros, estas últimas en casos reincidentes y que incumplan la normativa, principalmente en temas de publicidad o en venta de tabaco a menores de 18 años.

Pereda dijo estar convencida de que el control «no se va a alargar en el tiempo», en base a experiencias de otros estados como Italia, donde se respetan estas prohibiciones. En su opinión, el incumplimiento de la ley va a ser «minoritario», porque los primeros que no van a permitir que se fume en un local son los no fumadores, como ha ocurrido en los centros de trabajo desde que se aplicó la legislación estatal vigente.

La directora de Drogodependencias recordó que el 70% de los ciudadanos está a favor de que no se fume en lugares cerrados y señaló que, del 30% restante, hay muchos que piensan que esta medida les va a ayudar a dejar de fumar. «Ante cualquier modificación de la ley es lógico que haya una resistencia», aseguró para restar importancia a las reivindicaciones de los hosteleros, que también se han quejado del impacto económico negativo que tendrá para sus negocios la prohibición de fumar.

En la actualidad, ninguna de las denuncias por consumo de tabaco en los lugares en los que no está permitido ha derivado en sanciones, porque «no quedaba claro qué administración era la competente», pero con la nueva ley «esto cambiará porque el propio Gobierno Vasco va hacer el seguimiento de la inspección y de la sanción», recalcó.