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La Palma de Oro de Cannes, bálsamo reconfortante para los tailandeses

La atribución de la Palma de Oro al cineasta Apichatpong Weerasethakul regocijó a los tailandeses que ven en esta recompensa un poco de bálsamo reconfortante ante una crisis política traumatizante.

Anusak KONGLANG | BANGKOK

«Es genial. Esperaba profundamente que la película ganara», declaraba a France Presse el ministro de la Cultura Teera Slukpetch, a pesar de que el ganador de la Palma de Oro condenara la censura cinematográfica en Tailandia. «Este tipo de victorias es lo que necesitamos en estos tiempos de crisis», añadió el ministro, al tiempo que prometió recibirlo como un héroe cuando regrese al país, en junio.

El Ejército tailandés arremetió el pasado miércoles contra los manifestantes antigubernamentales de las «camisas rojas» que ocupaban desde hace semanas el centro de Bangkok en contra del primer ministro Abhisit Vejjajiva. En total, desde el inicio de las manifestaciones a mediados de marzo hasta el final sangriento de esta crisis, 88 personas han resultado muertas y 1.900 heridas.

Cuando recibió la Palma de Oro el domingo en Cannes por su película «Oncle Boonmee», Apichatpong Weerasethakul quiso enviar un mensaje a sus compatriotas y agradecer «a los espíritus y a los fantasmas tailandeses» que, dijo, le acompañaron a lo largo del certamen.

Los acontecimientos de la última semana no fueron solamente sangrientos. También dejaron huella en la sociedad, entre las masas rurales y la clase popular de los alrededores de la capital, así como en las élites que rodean el Palacio Real. «Su recompensa me ha recalentado el corazón después de semanas de tristeza a la vista lo que sucedía en Tailandia», reaccionó el presidente de la Asociación de Realizadores Tailandeses, Songyos Sugmakanan.

Casi desconocido en Tailandia

Apichatpong Weerasethakul, autor de un cine experimental y singular, es poco conocido en su país de origen, donde prevalecen las películas occidentales de acción o las asiáticas de terror. Entre una quincena de personas que fueron preguntadas por la agencia France Presse, algunas pocas reconocieron su nombre porque lo habían escuchado por televisión, y solamente un ciudadano reconoció haber visto alguna película suya. Pero, conociéndolo o no, todos esperan una misma cosa; que este inesperado premio sirva de bálsamo en un país traumatizado y dividido como es Tailandia.

«Esto va a aportar algo positivo: perdimos la paz pero, si Tailandia puede hacer películas buenas, esto quiere decir que los tailandeses tienen algo pacífico en ellos», aseguraba un ciudadano. «Es una buena noticia después de los acontecimientos de la última semana», apuntaba otro ciudadano. «Esta película va a ayudar a la gente a encontrar moral y unidad. Esto les muestra a los jóvenes que se puede hacer cualquier cosa si así se quiere».

Opiniones contrapuestas entre la prensa

La adjudicación de la Palma de Oro a la cinta de Apichatpong Weerasethakul suscitó críticas contrapuestas entre la prensa local e internacional. El diario «Libération» calificó la película como «mágica y desconcertante», mientras que «Le Figaro» aseguraba que habría merecido más bien «la palma del aburrimiento». A juicio de «El País», se trata de una producción «grotesca», y para «Times» es «a la vez rara como fantástica». «The Independent», por su parte, escribía: «Los jueces se dejaron seducir por una obra sorprendente que resiste a toda clasificación». GARA

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