Hay comedias “indie” que no hacen gracia o caen mal al gran público, pero que encuentran un cierto culto como rareza para unos pocos. Los seguidores del Ben Stiller más minoritario disfrutarán de su particular recital en “Directo a la fama”, donde ridiculiza de forma cruel e inmisericorde la figura del músico frustrado que nunca superó la etapa del instituto, al ejercer de profesor que prepara a sus alumnos para funciones de fin de curso. Como antagonista tiene a Jason Schwartzman, que encarna al ex alumno fracasado desde que echara por tierra su oportunidad en un musical escolar de “El mago de Oz”, refugiándose después en un desastroso grupo representativo del lado más odioso de la música vocal “a capella”. No deja de ser un blanco que destroza canciones de negros, lo que propicia un patético número en el que versionea el famoso “September” de los Earth, Wind & Fire. Para mayor escarnio la formación que lidera se llama Meridiano 8, pero va perdiendo miembros hasta quedarse prácticamente solo, terminando sentado ante un piano y un micrófono como Billy Joel.

Todd Louiso no carga las tintas contra los musicales de aficionados en edad escolar, prefiriendo ensañarse con los que buscan la profesionalidad sin tener las ideas claras, ni llegar a estar suficientemente preparados para ello. Son esos personajes que, como los eternos opositores, se pasan la vida presentándose a concursos para aspirantes a estrellas. Ridiculiza de forma atroz al susodicho grupo del protagonista en su mal gusto, patente en las desfasadas coreografías y en el horroroso vestuario. Se presentan en sus actuaciones en hoteles y hogares del jubilado con trajes blancos y complementos rojos, como si fueran una especie de joteros que cantan en inglés.

En definitiva son manifestaciones extremas del complejo de Peter Pan, por culpa del cual hay gente dispuesta a hipotecar su futuro con tal de perseguir lo que ellos creen su sueño de la eterna juventud, aunque simplemente se trate de grabar una maqueta.