BBK dio ayer por rotas las conversaciones que mantenía con la alicantina Caja Mediterráneo (CAM) para constituir un Sistema Institucional de Protección (SIP), lo que se conoce en el argot del sector como «fusión fría» o «virtual», al estilo de la que ha llevado a cabo CAN con Caja Canarias.

BBK quería obtener una mayoría que cree le corresponde por solvencia y rentabilidad, pero que no fue aceptada en las conversaciones. Pese a todo, insistió en que seguirá estudiando cualquier tipo de oportunidad que pueda surgir en el mercado. Por su parte, CAM sí llegó a una acuerdo para constituir un SIP con Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura, que, si se concreta, creará el tercer grupo de cajas y el quinto grupo financiero del Estado español