El edificio es de construcción antigua, cimientos de madera y está ubicado en una zona degradada de Sestao que se encuentra en proceso de rehabilitación, aunque el alcalde, José Luis Merino, aseguró que el inmueble se encontraba en buenas condiciones, aseveración criticada poco después por voces como la de la izquierda abertzale del municipio. Pero lo que no dejó lugar a dudas fue la gravedad del incendio, que se saldó con dos fallecidos, un hombre de 74 años y su hijo, de 45, y la esposa y madre de las víctimas mortales herida de levedad.

Otros cuatro inquilinos más resultaron heridos. Sólo uno seguía ayer hospitalizado, un joven de 25 años que vivía en el piso en el que se originó el fuego, y cuando ayudaba a varios vecinos a abandonar el inmueble sufrió una caída que le causó un esguince de tobillo, una fisura en la rodilla y daños en una vértebra.

Las llamas comenzaron sobre las 00:20 en la segunda planta del número 65 de la calle Chavarri y, según explicó el alcalde, los servicios de emergencia llegaron con prontitud al lugar gracias a que el lunes se estrenaba justamente el programa municipal de serenos -encargados de patrullar de noche- y ellos dieron la voz de alarma.

La aparatosidad de las llamas y la intensa humareda obligó a los bomberos a evacuar a los inquilinos de las plantas superiores desde los balcones. Los dos fallecidos -que perecieron por inhalación de humo, según la Ertzaintza- vivían en el tercero izquierda y se habían refugiado en la parte trasera de la vivienda, en el cuarto baño, un espacio pequeño donde se acumuló gran cantidad de humo.

Una vez rescatados, los servicios sanitarios trataron de reanimar al hijo en el mismo lugar del incendio, aunque no fue posible. Su padre fue evacuado al Hospital de Cruces, donde se le trató de estabilizar, aunque falleció poco después.

Al término de un pleno ordinario celebrado por la mañana en el ayuntamiento, Marcos Merino aseguró que la rápida llegada de los bomberos impidió que el fuego, originado en el segundo derecha, se propagase al resto del edificio. «La respuesta inmediata impidió que el fuego se extendiera y, sobre todo, que el fuego saliera a la escalera, lo que hubiera sido fatal porque con el efecto chimenea el piso se habría quemado entero en pocos minutos», explicó.

Aunque los bomberos aún investigaban las causas, el alcalde apuntó la posibilidad de que el origen fuera un cigarro mal apagado o un cortocircuito, ya que en el lugar donde empezó el fuego «había muchos cables».

A la espera de los técnicos

Los técnicos municipales evaluaban ayer los daños causados por el incendio, pues aunque la parte izquierda de la estructura parecía estar bien, había «dudas» con la zona derecha, donde se inició el fuego. Las llamas obligaron a nueve personas a pasar la noche fuera de sus hogares y el Ayuntamiento estudiaba alternativas para estos vecinos en caso de que no fuera posible regresar a sus hogares.

No obstante, a falta de la decisión final de los arquitectos municipales, ayer, uno de los vecinos afectados y que tuvo que ser rescatado por los bomberos desde su balcón, aseguró que desde el cuarto piso hacia abajo el inmueble «está para tirar».

Otra vecina de la calle donde se registró el incendio también relató que los dos fallecidos eran «conocidos del barrio de toda la vida».