Maite SOROA | msoroa@gara .net
El problema es el proyecto político
Ahora que parece que el panorama político vasco se mueve en dirección a un nuevo ciclo, los que se han sentido cómodos en el statu quo de la reforma franquista empiezan a dar señales de inquietud.
Ayer en «El País», Eduardo Uriarte insistía en que ETA va acabar gracias a la acción policial y, por tanto, no es necesario dar pasos en la política.
Lo hacía con pretendida ironía: «Estas prisas, recabando firmas, yendo de aquí para allá el mediador Currin, intentándonos hacer creer que la conversión del mundo de Batasuna a un civismo alejado del terrorismo es cierto -como el cuento del pastor, pero al revés, gritando que viene la oveja en vez del lobo-, estas premuras para llegar a un arreglo político antes de que se oiga el chispún, es porque su mediación de parte, de parte del nacionalismo, quiere salvar los muebles antes del fin».
Lo que tiene claro Uriarte es que lo verdaderamente preocupante es el proyecto político independentista y, aunque intenta disimularlo, al final se le escapa: «Lo que intenta el nacionalismo sin usar la palabra condena, solo repudiando, rechazándola éticamente los más osados, como hacen los del PNV, es que ETA salve su necesidad histórica, pues forma parte sustancial del conflicto entre Euskadi y España, y que salve, para mantenerlo en el futuro, su proyecto político radical, la autodeterminación y la territorialidad. Por eso intentarán convencernos de que el repudio es suficiente, cuando de lo que se trata es de condenar a ETA, tanto su existencia como su proyecto político hermano siamés del terrorismo. Y todo esto se está haciendo deprisa antes de que ETA desaparezca». ¿Por qué condenar un proyecto político? Por eso, por miedo a que se materialice.
Y deja para el final la astracanada: «Lo que no sabe Currin, pues es sudafricano, es de la idiosincrasia de lo hispánico, y ETA es como los Tercios de Flandes. Porque cuando con toda su caballerosidad las tropas francesas en la batalla de Rocroi les ofrecieron una negociación para una rendición digna los Tercios dijeron que no se rendían; al fin y al cabo se sabían ya muertos». La idiosincrasia española de ETA, dice el tío. No me digan que no es una melonada digna de ser incluida en la enciclopedia.