NATURGAS BROAD PEAK 2010
¿A la tercera la vencida?
Andoni ARABAOLAZA
Hablar de un proyecto (sobre todo contextualizar) de estas características está bien, pero en su justa medida. Es un proyecto muy interesante, pero es sólo eso: un proyecto. Ya sabemos lo que pasó en los dos anteriores objetivos del Pilar Oeste del Makalu y del corredor Hornbein del Everest. Por ello, este nuevo reto de Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza debe ser tratado sin ningún tipo de exageraciones a las que aquí, en Euskal Herria, estamos muy habituados. Los propios protagonistas son de la misma opinión.
Sí, estamos ante un proyecto ochomilista muy atractivo. Realizar la travesía de las cimas Norte (7.750 m), Central (8.013 m) y Principal (8.047 m) con la intención añadida de abrir nueva ruta hasta el collado entre las cimas Norte y Central sería una gran aportación sobre todo al ochomilismo vasco. Y esta travesía de altura la tienen entre ceja y ceja seguramente los tres ochomilistas vascos más fuertes de la actualidad. Un reto de una resistencia física y un compromiso muy grandes. Las dificultades técnicas, en cambio, no serán ni mucho menos excepcionales. Éstas detendrían el ritmo, y eso es justamente lo que no buscan. Así pues, la rapidez y la resistencia son el binomio a tener en cuenta. Cuatro días de actividad (ésas son las previsiones) a esas alturas requieren un poderío físico y mental al que ya están acostumbrados los tres ochomilistas vascos.
Gran apuesta
Desde que Iñurrategi, Vallejo y Zabalza ficharon por los patrocinadores Basque Team-Naturgas, los proyectos que han intentado realizar han estado por encima de los ochomilistas. Han apostado fuerte, y hasta el momento no han conseguido resultados. Sabían que las posibilidades de éxito en el Pilar Oeste del Makalu eran muy bajas. Apenas pudieron hacer algo. En el segundo, el corredor Hornbein del Everest (segundo intento de Iñurrategi y Vallejo), llegaron hasta los 8.500 metros. De nuevo con las manos vacías. Y este tercero también se presenta realmente complicado. Un dato ilustrativo: 26 años después de la primera de Kukuczka y Kurtyka no ha habido ninguna otra repetición. Está todo dicho sobre la aportación de los polacos. Un dato que también debemos tomar en consideración: los polacos formaron una cordada de dos; en esta ocasión, la de los vascos es de tres.
Sobre el estilo, poco más hay que añadir. Los patrocinadores inciden una y otra vez en el estilo alpino: nada de porteadores de altura, cuerdas fijas y oxígeno artificial. Sabemos que hay que vender, pero, como bien asumen los propios protagonistas, intentar esta travesía de las cimas del Broad Peak fuera del estilo alpino sería un sacrilegio. Iñurrategi, Vallejo y Zabalza ni se lo plantearían.
Un tercer reto del trío vasco que puede aclarar alguna de las reflexiones que se realizan en el entorno alpinístico. ¿El ochomilismo vasco de gran calidad ha tocado techo? Cero el Pilar Oeste del Makalu y segunda retirada del corredor Hornbein del Everest. ¿A la tercera la vencida? Que así sea.