De Angoulême a Alhóndiga Bilbao, un mundo «100 x 100 cómic»
En su pretensión por completar la oferta cultural de Bilbo, la recién inaugurada Alhóndiga del centro de la ciudad ha decidido apostar, entre otras disciplinas, por el cómic. Así, ayer inauguró la exposición «100 x 100 cómic», con obras originales de creadores de referencia del género, y «Un año en Angoulême», muestra en la que tanto la artista Clara-Tanit Arqué como Lola Lorente muestran el trabajo realizado en La Maison des Auteurs de la ciudad francesa.
Anartz BILBAO | BILBO
Catedrático de literatura francesa en la UPV, Antonio Altarriba (Zaragoza, 1952) es además un enamorado del cómic. Recientemente premiado en el salón del Cómic de Barcelona por «El arte de volar» (Editions de Ponent), Altarriba es asesor de la sección `comiquera' de Alhóndiga, y responsable de la exposición «100 x 100 cómic», presentada ayer.
«El edificio de Alhóndiga ha sido inaugurado recientemente, pero lleva tiempo desarrollando una programación cultural», cuenta Altarriba; fruto de ello es la exposición «Un año en Angoulême», que muestra el trabajo desarrollado por Arqué y Lorente en la ciudad francesa. Al profesor de la UPV le llamaron hace tres años, «para hacer una programación seria y continuada de cómic, «y el primer sorprendido fui yo, porque hasta ahora solía ser un medio de relleno». «De entrada era una predisposición muy buena y hasta el momento estamos contentos. La programación no ha sido quizá muy vistosa, pero sí muy productiva». Este año, por ejemplo, Alhóndigakomik otorgará la tercera edición de la beca de creadores, «para hacer cantera», que llevará a un artista a desarrollar un proyecto en Angoulême durante un año.
En la actualidad, junto a la presentación de dos exposiciones, el centro desarrolla unas jornadas de «Aventura, manga y superhéroes», «con un objetivo cultural, histórico y formativo», y en lo sucesivo, «existen proyectos ambiciosos, como realizar un congreso internacional que reúna a grandes especialistas...». De momento, además, la trayectoria del medio acompaña -opina Altarriba-, pues el cómic «vive un momento muy dulce, con espectativas».
Fruto y resultado de ello es la muestra «100 x 100 cómic», que cuelga bocetos originales de grandes firmas del género, en diálogo con autores contemporáneos. Alhóndigakomik presenta así la exposición: «50 autores de máximo prestigio internacional elaboran una página inspirada en otra de un autor que ejerció influencia en su formación o al que admiran». De esa manera, se entabla un sugerente diálogo entre autores, por medio de su obra.
Diálogo entre dibujantes
La muestra original, proveniente de Angoulême, cuenta con un autor vasco, Mauro Entrialgo (quien se inspira en Guido Crepax); no obstante, para su exposición en Bilbo, se le han añadido cinco autores vascos más -para que hubiese una representatividad mayor: Simónides (emparentado a Frank Robbins), Santi Orúe (junto a Ibáñez), Javier de Isusi (frente a Milo Manara), Raquel Alzate (versioneando a Lewis Trondheim) y Mikel Valverde (interpretando a Jacques Tardi).
La selección ha sido obra de Altarriba y, además, se ha editado un catálogo bilingüe en euskara y castellano. «Es una exposición que tiene muchas posibilidades de lectura», según Altarriba. «Lo primero a resaltar es que reúne en un espacio a cien firmas referenciales del cómic mundial, tanto clásicas -ya fallecidas, de principios del siglo XX.- como de las últimas tendencias». De esta manera, «se plantea un recorrido histórico -con un planteamiento cronológico- para hacerte una idea de cómo ha evolucionando el medio». Además, «la idea de base es la de convocar a un número importante de artistas contemporáneos y ofrecerles trabajar sobre la página del autor que ellos escojan dentro del fondo del gran depósito de originales de Europa, que está en Angoulême, para realizar un homenaje, versión, lectura o interpretación de los mismos».
El resultado ofrece diálogos «muy ricos, ingeniosos, divertidos y sorprendentes», al ver cómo el autor invitado, en su relación con el original, «ha cambiado el estilo, la temática, ha resaltado ciertos valores narrativos o plásticos de la página». Una exposición, en definitiva, «tanto divertida como instructiva».
Además de librerías especializadas o el Salón del Cómic de Getxo, en Euskal Herria «hay dibujantes destacados, una editorial de referencia como Astiberri -de las que más han hecho en los últimos años para difundir un cómic de calidad- y, sin embargo, no había una actividad cultural que estuviera a la altura -confiesa Altarriba-. Intentaremos que ésta se produzca, para que el tirón del cómic vaya siendo más fuerte».
Artistas emergentes
Alhóndigakomik pretende también apoyar y realizar un seguimiento de los autores emergentes, dotándolos de una beca e implicándose con ellos. «Hay un espacio muy importante para que el cómic se mantenga, que es la profesionalización», reconoce Altarriba. «Hay gente muy valiosa entre los jóvenes, que tienen muchas ideas, con un estilo muy preparado, que necesitan un impulso».
Fruto de ese impulso, y de la primera edición de la citada beca, es la exposición que, bajo el título «Un año en Angoulême», muestra el trabajo desarrollado por las becadas Clara-Tanit Arqué y Lola Lorente -ganadora y finalista de la primera edición- en La Maison des Auteurs de la ciudad francesa. La primera, además, ha logrado editar la obra «¿Quién ama a las fresas?» con la editorial bilbaina Astiberri. Como curiosidad, «lo de las chicas en el cómic hasta ahora no era habitual, ni como lectoras ni como autoras», recuerda Altarriba sobre la primera convocatoria de la beca, pero «presentaron proyectos tan interesantes que se hizo un esfuerzo para que ambas llegaran a Angoulême, donde gustaron».
Como característica en común, presentan una forma de narrar muy peculiar. «Lorente es de dibujo más acabado, más preciso, y Arqué es de un dibujo más esquemático y caricatural».
Temáticamente, «Arqué habla del derecho a la diferencia, a través de un personaje que es una fresa. Parece una fantasía descabellada, pero detrás muestra los problemas de integración de quien se asume como diferente en una sociedad que tiende a la uniformidad y a separar al diferente como monstruoso. Es un tema socialmente de gran actualidad». En el caso de Lorente, «ha presentado una historia de relaciones familiares, con la adolescencia como época convulsa de difícil integración en el medio familiar, trazado de forma ácida y dura. Ambas son historias muy actuales y sociales, resueltas con distintos tratamientos de estilo y con un esfuerzo de experimentación gráfico».
«Pertenezco a una generación en la que los tebeos eran la lectura de evasión», explica Altarriba al referirse a su gran pasión. El también escritor mantuvo de joven vinculación con el Estado francés, «donde siempre tuve a mano un cómic a la altura de mis necesidades y expectativas».
Realizó la tesis doctoral sobre el cómic, «una osadía académica en aquellos tiempos» y al ser incapaz de mantenerse en el lado teórico de lo que le apasiona «comencé a colaborar en fanzines en Gasteiz y Zaragoza, donde realizaba guiones... Soy nulo en el dibujo -confiesa-». Manteniendo siempre su vinculación con el género desde hace más de tres décadas, últimamente realizaba con Laura -dibujante- cómic eróticos que funcionaban relativamente bien... hasta que escribió el guión de «El arte de volar», «un boom inesperado que me ha puesto de actualidad».
Para Altarriba, «la potencialidad del cómic y su riqueza estriba en el hecho de que es un medio mixto donde se combina lo narrativo con lo plástico». La cultura de la humanidad «se ha expresado fundamentalmente a través de dos grandes medios de representación, la imagen y la palabra -explica el profesor-, y esas dos grandes corrientes se funden de la manera más rica en este medio, el cómic». Es uno de los lenguajes, por lo tanto, «que puede expresar y abordar con mayor riqueza todo tipo de historias».
«El arte de volar» (Edicions de Ponent, 2009), con el trabajo de dibujo realizado por Kim, arrasó en el pasado Salón del Cómic de Barcelona, donde fue galardonado con tres premios -Mejor Obra, Mejor Guión y Mejor Dibujo- y logró, además, el Premio Nacional de Cómic de Catalunya.
Antonio Altarriba inició el guión de «El arte de volar», que va ya por la quinta edición, en 2004 -tres años después del suicidio de su anciano padre-, «con una necesidad de expresar algo que me estaba corroyendo por dentro». La obra recorre la vida de su padre -y de tantos otros perdedores de la Guerra del 36-, que hizo lo que pudo para sobrevivir sin renunciar a sus principios, aunque estaba condenados al fracaso. Calificado por muchos como «el `Maus' del Estado español», su trabajo guarda cierta similitud con la obra maestra de Art Spiegelman. «Hay una relación clara en cuanto a que nuestros padres fueron dos víctimas del fascismo; uno del nazi por judío y el otro del franquista por anarquista. Y es la búsqueda de un hijo intentando explicar la trayectoria de su padre y, como consecuencia, entender la suya propia». A. B.
La exposición «Un año en Angoulême» es el encuentro de «¿Quién ama a las fresas?», de Clara-Tanit Arqué, y «Sangre de mi sangre», de Lola Lorente, como resultado de la primera beca Alhóndigakomik 2009, creada para promover la creación artística del medio.
Las exposiciones complementan unas jornadas dedicadas al cómic que se desarrollan hasta el viernes, con talleres y conferencias tanto teóricas como prácticas, en las que participan Ana Miralles, Pasqual Ferry, Ken Niimura o el propio Altarriba.
Exposición: «100 x 100 Cómic» + «Un año en Angoulême».
Lugar: Alhóndiga Bilbao.
Fecha: Hasta el 20 de agosto.
Horario: De lunes a viernes, de 10.00 a 20.00. Sábados y domingos, de 11.00 a 21.00.
Precio de la entrada:
3 euros.