Cuenta la leyenda que el kalimotxo nació «por accidente». Todo comenzó cuando en 1972 la cuadrilla Antzarrak de Algorta había comprado 2.000 litros de vino en Oion para festejar las fiestas de Algorta. En el trayecto, sin embargo, el vino se avinagró, pero la ocurrencia de mezclarlo con refresco de cola para, así, no desperdiciar el género, hizo posible la creación del «cóctel universal de los vascos».

Ayer, en la Escuela de Hostelería de Gamarra, en Gasteiz, quedó demostrado que el kalimotxo vá más allá de mezclar el cartón de vino en una botella de plástico. Cinco profesionales de la hostelería y una alumna de la escuela dejaron atónito al gran despliegue de periodistas que atrajo el I Campeonato Profesional de Kalimotxo.

Además del vino y el refresco de cola, los concursantes se valieron de ingredientes como el sorbete de limón, infusión de frutos del bosque, espuma de bergamota, sirope de violetas, hielos de limón, esferificación de vino, zumo de kiwi o de caviar de limón y licor de naranja.

Tras una primera fase eliminatoria, el jurado, compuesto por profesionales como Patxi Troitiño, Leticia Plágaro, un miembro de la cuadrilla Antzarrak, el jefe de estudios de Gamarra, Sabin Unamuno, o Igor Basaras, seleccionó los kalimotxos de Iratxe Nájera y Juanjo Barquilla, de la cafetería Jai-Alai de Agurain. Finalmente, el jurado se decantó por el cóctel de la única participante no profesional, Iratxe Nájera.

El kalimotxo ganador incluía flor de primicia, hielos de limón y sirope de violetas, e Iratxe Nájera lo sirvió con hielo seco, que al estar caliente crea el efecto de humo y saca el aroma a violeta. Nájera lo bautizó como «vinoleta con cola», y para ello utilizó un vino de año de Laguardia.

Homenaje a sus creadores

En la entrega de premios, la escuela de hostelería también quiso rendir un pequeño homenaje a la cuadrilla Antzarrak y le hizo entrega de una placa conmemorativa. Antzarrak fue el grupo que «popularizó y creó este cóctel» cada vez más conocido fuera de Euskal Herria. Dos de sus veteranos miembros se mostraron muy agradecidos, «ya que es la primera vez» que se les obsequia por su creación.