CCOO y UGT mantienen su intención de apurar las conversaciones con la patronal sobre la reforma laboral hasta el 31 de mayo, cuando concluye el plazo marcado por el Gobierno español. Según estos sindicatos, la CEOE plantea aumentar la temporalidad y facilitar la destrucción del empleo por la vía del abaratamiento del despido, debilitar las causas del despido y reducir la capacidad de decisión de la autoridad laboral y de los jueces. CCOO y UGT advirtieron al Gobierno de que, si aprueba por decreto una reforma laboral «lesiva» para los trabajadores, convocarán una huelga general y le pidieron que vuelva a la mesa de negociación, El ministro de Industria, Miguel Sebastián pidió a las partes negociadoras que pongan sobre la mesa una reforma laboral «de calado». En caso contrario, advirtió de que «el Gobierno tiene la firme intención de tomar las medidas necesarias«.