La nueva estrategia de Obama entierra la «guerra al terrorismo»
La nueva estrategia de seguridad de Obama, que fue presentada ayer en Washington, entierra definitivamente el concepto de «guerra al terrorismo» acuñado por George Bush. El nuevo planteamiento limita el objetivo de la guerra a Al-Qaeda y sus aliados y destaca que el uso exclusivo de la fuerza no puede garantizar la seguridad de EEUU, por lo que recurrirá a herramientas como la diplomacia, los incentivos económicos y la ayuda al desarrollo.
Stephen COLLISON (AFP)
La nueva estrategia que desveló ayer la Administración de Barack Obama abandona la terminología de «guerra contra el terrorismo», aunque califica a Al-Qaeda como su principal enemigo. En cualquier caso, subraya que el uso exclusivo de la fuerza no puede garantizar la seguridad de EEUU.
La Casa Blanca publicó ayer su «Estrategia de Seguridad Nacional», un documento marco sobre la manera en la que EEUU evalúa y hace frente a las amenazas. Ha sido objeto de intensas consultas en el seno de la Administración Obama desde hace 16 meses y de la que France Presse logró una copia.
«Buscaremos siempre deslegitimar el uso del terrorismo y aislar a aquellos que lo emplean», indica este documento de 52 páginas que rompe formalmente con la retórica elaborada por la Administración de George W. Bush tras el 11-S, especialmente con la noción de «guerra contra el terrorismo».
«No es una guerra mundial contra una táctica -el terrorismo- o una religión -el Islam-», precisa el texto, que sustituye a una versión previa elaborada por el equipo de Bush en 2006 y formaliza los planteamientos ya anunciados por Obama sobre esta cuestión.
«Estamos en guerra contra una red específica, Al-Qaeda, y sus terroristas afiliados que realizan esfuerzos para atacar a EEUU, a nuestros aliados y a nuestros socios», subraya el documento.
El texto pone el acento en las amenazas que representan los elementos radicalizados que no tienen «el perfil tradicional de terroristas», como el joven nigeriano que intentó hacer estallar un avión de línea sobre territorio estadounidense el día de Navidad o el padre de familia estadounidense de origen paquistaní sospechoso de haber querido cometer un atentado con coche bomba en Nueva York el 1 de mayo.
«Nuestra mejor defensa contra esta amenaza reside en las familias, colectividades locales e instituciones bien equipadas y formadas», según el documento, que precisa que «el Gobierno va a invertir en información para comprender esta amenaza».
Otros ejes de la nueva estrategia: la lucha contra las crisis económicas y el calentamiento climático, cuyas consecuencias pueden poner en peligro la seguridad de EEUU.
El documento describe un mundo con amenazas cambiantes y tiende a redefinir la que será la política exterior estadounidense tras dos sangrientas guerras en Irak y Afganistán y una crisis económica mundial.
Para cumplir sus objetivos, la nueva estrategia propone apoyarse en la potencia militar pero también en la diplomacia, los incentivos económicos, la ayuda al desarrollo y la educación. «No tenemos que atemorizar a los demás, sino ser capaces de responder a sus aspiraciones».
EEUU, en su nueva estrategia, plantearán a Irán y Corea del Norte una «opción clara»: elegir entre «asumir sus obligaciones internacionales» mediante el diálogo o enfrentarse al aislamiento.
El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció ayer que prolongará la moratoria sobre las prospecciones petrolíferas en el mar después de la marea negra del golfo de México, la peor de la historia de EEUU, al estimar que la catástrofe reclama un impulso a las energías renovables.
Durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Obama también defendió su gestión de la crisis, en unos momentos en los que su Administración está siendo acusada de haber tardado en reaccionar y de actuar a favor de la concesionaria de la plataforma petrolífera que provocó la marea negra, la multinacional británica BP, dando a entender que la empresa habría podido minimizar los verdaderos efectos del vertido.
El presidente reconoció que la marea negra era la peor de la historia de EEUU y repitió que BP será considerada responsable de hasta el último céntimo de las indemnizaciones que deberán aportar a las zonas afectadas.
Obama anunció la suspensión de un proyecto de búsqueda de petróleo en la costa de Alaska que debía ser concedido a la multinacional británico-neerlandesa Shell. También suspendió otro proyecto, menos avanzado, para otorgar concesiones petrolíferas en la costa de Virginia. GARA
