Cuando el cine de terror actual rehace películas del maestro del género George A. Romero, lo que hace es vaciar el contenido político del original, porque aquellos mensajes de denuncia antimilitaristas contra el Gobierno de los EE.UU. alimentados por la Guerra de Vietnam ya no se llevan. Es lo que hay que cambiar ideológicamente en las creaciones del abuelo hippy, así que Breck Eisner se aplica el cuento y vacía de intencionalidad «The Crazies», para realizar una versión estilizada, que ofrece un remozado formal a lo que en origen era una película muy básica pero mucho más airada.

Breck Eisner es un niño mimado de la industria, donde su apellido le ha abierto todas las puertas. A pesar de que su anterior «Sahara» fue uno de los mayores fiascos con Penélope Cruz, no le siguen faltando millonarios contratos para encargarse de «Flash Gordon» o «The Brood». Son las ventajas de ser hijo de Michael Eisner, quien fuera el mandamás de la Disney.

La ventaja con la que cuenta Breck Eisner, como todos los que se dedican al rentable remake, es que el público joven no conoce el material de partida, así que no existen posibles comparaciones. Además, incluso entre los adictos al terror, se ha extendido la idea equivocada de que Romero sólo hacía películas de zombies, cuando uno de los temas que más le han obsesionado es el de los experimentos científicos, como en «Atracción diabólica».