GARA > Idatzia > Iritzia> Gutunak

Errose Erezuma En nombre de familiares y amigos de Jon

No los olvidaremos

Nos duele el trato que el poder despliega contra nuestros militantes, tanto vivos como muertos, aunque comprendamos sus intenciones. Al criminalizarlos y «desprestigiarlos» lo que pretenden es condenar su lucha e intentar borrar las causas que los llevaron a recurrir a un compromiso tan arriesgado. Que no son otras que defender las libertades de nuestro pueblo y sus derechos legítimos históricamente vulnerados. Intentan destruir su condición de patriotas para construir una memoria histórica artificial que legitime su colonialismo e imposición. Se trata de una política de guerra usada universalmente por todos los opresores de los pueblos. Para ello recurren a todo tipo de arsenal violento, y últimamente a oficializar determinadas y absurdas celebraciones como los días de la Ertzaintza, del Estatuto, de las víctimas; así como a introducir a martillazos en la mente de los estudiantes su particular visión del conflicto político. Lo han dicho meridianamente claro las llamadas «víctimas del terrorismo». Para ellas el objetivo no sólo consiste en derrotar a la organización armada, sino también su proyecto político; es decir el proyecto político independentista defendido por muchos ciudadanos vascos. Por esa razón el Estado las sacó un buen día de su ostracismo anterior y las convirtió en la punta de lanza violenta de su política de aniquilamiento y reconquista.

El arquitecto Iñaki Uriarte, en un reciente artículo aparecido en GARA, atacaba la manipulación que el poder dominante hace de la palabra «terrorismo». Según él, «la lucha armada, un último recurso como modo de sublevación y respuesta violenta en defensa de derechos elementales de un pueblo, no es lo mismo que terrorismo, ni conceptual, ni semántica ni realmente». Desgraciadamente, en nuestro país es imposible mantener un debate público sobre este concepto, el conflicto político y el papel que cumplen en él los militantes y los diversos agentes implicados. Una de las partes carece de libertades para expresar su punto de vista, y si lo hace es reprimida sin contemplaciones. Sólo se permite el pensamiento único oficial en sus diferentes versiones. Lo demás es código penal y grilletes, como mínimo.

Nosotros, familiares de un militante político abatido por las fuerzas represivas del Estado, no dejaremos nunca de reivindicar su memoria y la de sus compañeros de lucha. Los llevamos en el corazón y en el pensamiento. Sabemos que su comportamiento y actos estuvieron guiados por un ideal superior y por un amor sin límites a su pueblo, por encima de sus intereses materiales, de sus relaciones sociales y de sus lógicas aspiraciones humanas. Estamos seguros de que en un próximo futuro se les reconocerá su compromiso y sacrificio.

En el decimonoveno aniversario de la muerte de los militantes Jon Erezuma y Joan Carles Monteagudo.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo