Las pancartas igual salen de negro. Cualquier decisión que tomen las peñas para revindicar una auténtica libertad de expresión estoy seguro de que será aceptada y apoyada por la mayoría de la población. No es justo que a personas relacionadas con las pancartas de las peñas se les imputen delitos por lo que expresan estas pancartas, cuando el verdadero fin y objetivo que tienen éstas es tener libertad sin recortes antidemocráticos y poder expresar con ironía durante unos días de fiestas todos los acontecimientos negativos o extraordinarios que ha sufrido la población durante todo el año por parte de los gobernantes políticos o eclesiásticos.

Creo también que la Alcaldía de Iruñea y su equipo no sólo son culpables de coartar y censurar esa libertad a uno de los pilares más significativos de las fiestas de San Fermín, como son las peñas, sino que además están apostando cada año por unas fiestas menos participativas, menos populares, cada vez más impuestas y más alejadas de las auténticas fiestas. Como la prohibición de las txosnas, que dejaron a una buena parte de la población sin poder disfrutar de su ambiente, sin poder elegir su punto de encuentro o simplemente para poder economizar un poco el presupuesto festivo; por ejemplo, muchas familias y juventud comiendo unos bocatas a la hora de los fuegos. Ahora pagan las fiestas, pero elige sólo el Ayuntamiento con su programa: dónde y en que barraca vas a montar a los hijos e hijas (embroncándose con los barraqueros). Si quieres txosnas, ya tienes las de las casas regionales (que me parece que también tienen que estar); si alguien quiere rellenar vacíos de programa altruistamente, les ponen trabas, etcétera. Y, como sigan así, empezarán con el encierro, poniendo «carril corredor codeador, sólo para los divinos» (con todos mis respetos y admiración para los buenos corredores y a los que les gusta correr).

Creo que ese talante antidemocrático de los responsables del Ayuntamiento de Iruñea es un ataque a toda la población que cree que las fiestas de San Fermín tienen que ser más participativas, menos impuestas, más plurales, con total libertad de expresión y sin censuras de ningún tipo para las pancartas de las peñas.