Ha necesitado aguantar hasta la puerta de los Dolomitas y con unos cuantos rivales de vuelta en casa, pero André Greipel ya tiene su victoria en el Giro. El alemán no desaprovechó la última oportunidad que ofrecía la prueba a los velocistas, lo que además le permitió consolidarse como el corredor más laureado de la temporada, con una docena de triunfos.

El fin de semana tampoco va a ofrecer demasiadas opciones a los aventureros, con ganador y podio todavía por decidir, así que también probaron suerte en los 156 kilómetros entre Levico Terme y Brescia. Pero el intento de Alan Marangoni y Olivier Kaisen estaba condenado antes de nacer. El pelotón les permitió rodar más de cien kilómetros en cabeza, pero nunca con más de tres minutos de ventaja: se tragaba al belga a seis kilómetros de meta y al italiano a sólo dos. Lo justo para preparar un sprint que se llevó Greipel.

Al de Columbia le toca sufrir hoy. A todos, en realidad, porque el Giro afronta el primero de los dos monstruos dolomíticos. 195 kilómetros entre Brescia y Aprica, con cuatro puertos acumulados en los ochenta últimos: Aprica, Trivigno, Mortirolo y de nuevo Aprica. Y es posible que el pelotón repita con el Mortirolo mañana, porque la nieve mantiene la ascensión al Gavia entre interrogantes.

Tocó cruz para Euskaltel

La segunda etapa del Tour de Baviera no fue tan buena para Euskaltel. Pese a ser cuarto en meta, Rubén Pérez perdió el liderato, ahora en manos de Leigh Howard (Columbia), segundo al sprint tras Robert Wagner (Skil), por las bonificaciones. Además, Koldo Fernández de Larrea se vio involucrado en una caída y fue trasladado al hospital con un golpe en la cabeza.