Dos atletas retiradas han vuelto a vestirse de corto al reengancharse a los deportes en los que empezaron antes de decantarse plenamente por el atletismo. Marion Jones, ex campeona olímpica y mundial de 100 y 200 metros, y María Mutola, propietaria de once medallas de oro en distintos Campeonatos del Mundo y de una olímpica, no vivieron trayectorias similares pero coincidieron durante un largo período cuando la primera arrasaba en el sprint y la segunda dominaba los 800 metros.

Por aquel entonces Marion Jones todavía era requerida en sus ratos libres para ejercer de comentarista de televisión en los partidos de baloncesto. La californiana fue campeona de la NCAA en 1994, con la Universidad de Carolina del Norte, y posteriormente se dedicó al atletismo en donde obtuvo fama y dinero a mansalva. La que fuera la segunda mujer más rápida de la historia, sólo superada en marcas por Florence Griffith, apostaba por los retos ambiciosos tan del gusto de sus compatriotas. Ya que no podía alcanzar los registros de su malograda paisana, se dedicaba a los retos múltiples. En los Juegos de Sydney´2000 se colgó cinco medallas: tres de oro y dos de bronce.

Después comenzó la caída libre. Se destapó el escándalo de los laboratorios Balco, los organizadores de mítines le dieron la espalda, desaparecieron los patrocinadores, llegaron los apuros económicos y terminó siendo juzgada. Condenada a seis meses de prisión por mentir en asuntos de dopaje ante un tribunal y a dos años de libertad condicional, terminaron también por confiscarle algunos títulos, medallas y marcas.

Ahora, la alero Jones vuelve con 34 años a probar suerte con la canasta para jugar la liga estadounidense de baloncesto femenino profesional con la camiseta de las Shock de Tulsa, uno de los equipos modestos de la WNBA. La rookie más veterana vivió un debut decepcionante, ante un pabellón repleto. Donde algunos ven una operación de marketing, para ella es una «segunda oportunidad». Hasta octubre, cuando termina la liga, tendrá otras ocasiones si demuestra cualidades para la potente WNBA.

María Mutola, por el contrario, ha tenido un buen retorno. Durante veinte años descubrió casi todos los secretos de la doble vuelta a la pista. Participó en los Juegos de Seúl'88 y se retiró tras los de Beijing'2008. La ochocentista ha vuelto a dar patadas a un balón y a los 37 años se ha convertido en la máxima goleadora del Luso África, gracias a su velocidad. La mozambiqueña regresó al fútbol de forma casual. Fue a acompañar a una amiga y terminó enrolada en ese equipo sudafricano que ha disputado la fase por el título, aunque perdió contra el campeón. En su adolescencia se curtió jugando con los chicos y fue una buena jugadora antes de decantarse por el medio fondo donde se le conocía como el «Expreso de Maputo».

Instalada en la actualidad en Germiston, una ciudad cercana a Johannesburgo, en los últimos tiempos respira la cercanía del Mundial de fútbol masculino. Su candidato al título es Brasil, opina que albergar la Copa del Mundo es bueno para «todo el continente africano» y está convencida de que va a resultar un éxito.

Casos cercanos

También por aquí se han producido este tipo de cambios. Leire Olaberria fue una velocista del montón, con buenos resultados en las categorías inferiores, reconvertida en una excelente ciclista de pista en donde llegó a colgarse el bronce olímpico en puntuación en los Juegos de 2008. La corredora guipuzcoana lleva una brillante trayectoria sobre las dos ruedas y podría pelear por la medalla de oro en Londres'2010.

En el caso inverso, de la bicicleta a las zapatillas, se encuentran unos cuantos ex profesionales. Desde Abraham Olano, un fijo en la Behobia o el maratón de Donostia por citar algunas de las populares, a Aitor Osa. El ex corredor itziartarra se ha destapado en las carreras de montaña. Después de alguna victoria en alguna cita menor, ha sido segundo en la última Zegama-Aizkorri, el maratón alpino de referencia internacional por ser puntuable para la Copa del Mundo. Sólo el catalán Kilian Jornet pudo con Osa en una disciplina tan exigente como hermosa.