No era el día de perder. Después de haber malacostumbrado a la afición txuribeltz en las últimas jornadas a la victoria -y a la remontada-, los más de 700 aficionados que se desplazaron a Salamanca se quedaron sin el final de fiesta deseado.

En los planes de los unionistas no entraba volverse de vacío de El Helmántico. Pero el 3-0 final es más que justo teniendo en cuenta los 90 minutos que duró el encuentro.

Y lo más preocupante es que el Unión se ha vuelto a meter en el pozo que le lleva directo a Segunda B, ya que el Salamanca le saca dos puntos y el Murcia ganó su encuentro ante el Celta por un contundente 4-1. Los charros, además, en caso de empate a puntos, estarían por encima de los irundarras gracias al golaverage particular.

Pero quizá lo más alarmante es el cambio a peor que dio el equipo. Iñaki Alonso tuvo que remodelar el once inicial por las bajas de Gerlo y Quero. De esta manera, Beobide se colocó en el lateral derecho y Descarga pasó al zurdo. Aitor Sanz regresó a la medular y en bandas se colocaron Rubén Durán y Paul Abasolo.

Este cambio dio demasiados quebraderos de cabeza a los visitantes, ya que Beobide, aunque estuvo acertado y cortó numerosas ocasiones de peligro, tuvo que vérselas con Toti. Ése fue el punto débil de los irundarras en la primera parte.

Por esa banda vino, precisamente, el primer gol del Salamanca. Salva Sevilla mandó el balón a la red con su pierna derecha al recibir un buen pase desde la izquierda de Toti.

Los guipuzcoanos a penas creaban peligro en la meta defendida por Biel Ribas. Las únicas ocasiones claras en los primeros 45 minutos llegaron por parte de Abasolo y Brit, pero todos sus disparos se marcharon desviados o fueron atajados sin problemas por el meta local.

El partido llegó al descanso, por lo que los cientos de seguidores txuribeltz esperaban con ímpetu el regreso de su equipo al terreno de juego para que pudiese darle la vuelta al marcador. Pero se encontraron con un golpe que no esperaban. Beobide cometió penalti al derribar dentro del área a su pesadilla Toti. Salva Sevilla no falló.

La esperanza se tambalea

Corría el minuto 46. Había tiempo para la esperanza, una ilusión que no llegaría. Aunque el camino era el correcto. El Unión comenzó a dominar, a tener la posesión del balón. Las entradas al terreno de juego de Seguro y Goikoetxea dieron más vida al equipo. El mexicano a punto estuvo de marcar de potente disparo con su pierna izquierda.

Pero un fallo defensivo volvió a pasar factura. Beobide cedía mal el balón a un Lacruz lento ante Kike López, que logró hacerse con la pelota, driblar al meta Jauregi, marcar a placer y llevar la amargura a Irun. Como a los cientos de seguidores que viajaron hasta Salamanca. Una demostración de afición que no va a abandonar a su equipo hasta el pitido final de la temporada. Antes, este domingo a las 19.00, comenzará ante el Levante la primera de las tres finalísimas. Y ya es hora de ganar la gran final: la permanencia.