Kike de Pablo
Hasta que la vida deje de seguir en Hunza
El 4 de enero un alud de barro y piedras se precipitó sobre el río Hunza en las cercanías del pueblo de Gulmit. El gigantesco desprendimiento ha dado lugar a un represamiento del enorme caudal del río cuyas aguas provienen de grandes glaciares del Karakorum occidental. Y los que nos hemos movido una y otra vez por estos bellísimos paisajes de nuestro planeta y conocemos a algunos de sus habitantes, estas agradables gentes del norte de Pakistán, nos sentimos preocupados. El lago artificial que ha ido subiendo de nivel al ritmo de 60cm por día, alcanza ahora una longitud de 25 kilómetros y unos cuantos botes aparecidos de repente unen ambos extremos del sobrevenido lago cargados con equipajes y pasajeros, algunos de ellos sonrientes ante el fotógrafo o cameraman. Centenares de casas destruidas, y cerca de treinta mil personas evacuadas en los distritos de Hunza, Gilgit y Kohistan. Para el día de hoy, 28 de mayo, se esperaba el comienzo del desbordamiento, pero el gran desastre ocurrirá si el agua revienta el dique, pues sus efectos llegarían centenares de kms. aguas abajo. Un helicóptero, por supuesto militar, recorre, según nos cuentan, la zona informando por altavoz de la situación del momento y dispuesto a dar la alarma cuando llegue el “gran boom”. Y entre innumerables e inanes noticias que nos inundan, nadie habla de ello por aquí, así como nadie actúa mucho por allá. Y la vida sigue, hasta que deje de seguir para muchos de ellos, demasiados. Que Allah esté con ellos ya que nadie más lo estará.